Capítulo 27

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Shoyo Hinata había sido menospreciado muchas veces en su vida

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Shoyo Hinata había sido menospreciado muchas veces en su vida. Muchas veces fue humillado por ser omega recesivo, en la Academia lo molestaban y nunca obtuvo trabajo por su condición.

Él mismo sabe el dolor que pasa un omega para tener una vida normal, la misma sociedad se encarga de destruir sueños y aspiraciones que pueda tener cualquier omega.

Si, estaba acostumbrado a ser humillado, y también estaba acostumbrado a defenderse.

El rey Yoshio Kageyama, después de finalizar con su discurso, da media vuelta y se dirige a su trono, sin embargo, Shoyo no iba a permitirle salirse con la suya.

Podía ser el rey y todo lo que quiera, pero él no iba a dejarse humillar ni menospreciar de esa manera. No otra vez.

-No podré ser el omega perfecto que usted busca... -susurró

El rey volvió hacia el omega, no había entendido bien lo que dijo.

-¿Qué dijo? -preguntó Yoshio disgustado, no quería oír ni una sola palabra de ese joven.

-¡Que no podré ser el omega perfecto que usted busca, pero usted a mí me respeta! -Shoyo se pone de pie y trata de avanzar, pero los guardias cruzan sus armas para evitar un paso más -. Entiendo que ser la pareja de Tobio Kageyama es una carga muy grande, pero así mismo, el amor que le tengo va a ser suficiente para que yo cumpla con lo que tengo que hacer.

-¡Ja! -exclama el rey incrédulo.

-No aspiro a ser nombrado rey, ni príncipe, yo no estoy con Tobio por eso.

-¿Entonces por qué está con él? Porque no creo que sea precisamente por amor.

-Si, es precisamente por eso, porque lo amo que quiero estar con él toda mi vida -las tiernas palabras de Shoyo llegaron al corazón de Tobio, latía rápidamente y las mejillas del joven rey eran tan rojas como un tomate.

-La cuestión es que no puede estar con mi hijo por simple amor, tiene que tener todo lo que se necesita, ¡No puedo permitir que un omega común haga lo que se le antoje en mi amado reino!

Yoshio estaba demasiado disgustado y su ira estaba aumentando más y más. La actitud de ese omega era, nuevamente, otra razón para no ser una persona apta para ocupar un cargo importante, nunca llegará a ser el omega perfecto que tanto busca.

-Lo haré, estudiaré, seré atento, me aseguraré de aprender todo lo que sea necesario para permanecer al lado de Tobio. Aunque usted no lo crea, hay muchos omegas en este reino que lo dan todo en su día a día, pero simplemente no han tenido los recursos y el apoyo suficiente para superarse.

"Habla igual que ella"
Pensó Yoshio por un segundo.

-Saldré adelante y usted va arrepentirse de sus palabras.

-Sé que su esfuerzo será inútil, por más que estudie no tendrá lo que se necesita -Yoshio trataba de bajar las expectativas del omega para librarse de él.

No quería tener otro problema más por el qué preocuparse, y mucho menos quería que su hijo tuviera una pareja tan problemática como ese joven.

No era perfecto como debía ser, y si no lo era, jamás lo aceptaría.

-Tal vez tenga razón, o tal vez no la tenga, pero eso no es algo que me interese. Lo único que me interesa es estar al lado de la persona que amo y ser su orgullo.

-Y a mí no me interesa que usted venga a imponer sus iniciativas y sobre todo, sus intereses. No podrá estar al lado de mi hijo, y punto, ¡saquen a este omega de aquí! -con esto, Yoshio volvió hacia su trono y comenzó a caminar hacia él.

Los dos guardias que antes impedían el paso a Shoyo, agarraron uno a cada lado los brazos del peli-naranja y lo estaban arrastrando hacia la salida.

-¡Padre! ¡Detente! -exclamó Tobio alterado, el susodicho detuvo su andar -. Déjame despedirme de Shoyo, él... es todo para mí.

Le decepcionaba que su hijo tuviera ese tipo de sentimientos por un omega común, sospechaba que lo conoció en sus sospechosas salidas desde hace unos meses, y necesitaba que su hijo se olvidara de él. Le daría una última oportunidad para verlo.

-Despídete bien, porque no volverás a verlo nunca más -dijo Yoshio, para proceder a sentarse en su trono.

Los guardias soltaron al joven alfa, y Tobio no perdió más tiempo para correr hacia Shoyo. Los dos guardias que tenían a Shoyo lo soltaron, pero seguían impidiendo su paso con sus armas.

El joven príncipe llegó hasta el joven plebeyo, y dijo: -Quiten sus armas -los guardias obedecieron y las quitaron, permitiendo a los jóvenes abrazarse como nunca antes.

Comenzaron a llorar, Shoyo escondió su rostro en el pecho de Tobio y el último acunó el cuerpo del omega en el suyo.

-Lo siento -dijo Tobio entre lágrimas -. No debí permitir que mi padre te tratara de esa manera. Él no tuvo ninguna pizca de consideración contigo, juro que-

-Yo soy el que va a jurar aquí -interrumpió Shoyo -. Juro que seré el omega que necesitas. Juro que estudiaré y seré un orgullo para ti.

-Shoyo, no tienes que hacer eso.

-Si, tengo que hacerlo -finalmente, Shoyo muestra su rostro y acuna el de Tobio con sus manos -. Te juro que haré lo que sea necesario para estar a tu lado como se debe.

Tobio no estaba muy seguro de lo que Shoyo decía. No quería que él se sintiera presionado por el trato que le dió su padre, bastante tuvo con lo que sucedió la última vez. No quiere que vuelva a sufrir.

-Shoyo, si vas a hacer esto, por favor, no lo hagas por demostrar nada. Te amo tal como eres, y lo sabes.

Las palabras del Tobio lograron tranquilizar al joven omega, pero tampoco quería seguir siendo humillado, quería que el príncipe de Karasuno tuviera un buen omega a su lado.

Haría todo lo que sea necesario para permanecer a su lado, como dijo antes.

Estaba siendo impulsado por la venganza, por la ira y por lo sucedido hace unos momentos. Yoshio Kageyama no sabía a quién había enfrentado.

 Yoshio Kageyama no sabía a quién había enfrentado

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Mi Amado Rey | KageHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora