La mirada de Hinata recorría todo el lugar con suma emoción y rapidez.
Su gran deseo y anhelo de ver a Tobio se había vuelto algo muy propio de él, llegando hasta el punto de tratar de ubicarlo por sus feromonas, las cuales eran muy fáciles de detectar debido a la actitud tan gruñona y sombría del alfa.
Lo ubica y observa como varios guardias de la armada real lo custodian.
No quiere creer que el alfa se había metido en problemas, pero con tan solo verlo de esa forma, con ese semblante enojado y gran desesperación visible en sus ojos, tiene los impulsos de ir hacia él y tratar de sacarlo de aquella situación.
Sus piernas se mueven sin su consentimiento. En el camino toma un palo de madera del suelo que encuentra casualmente. Lo toma con firmeza de un extremo y apunta al joven de cabellos grisáceos con una sonrisa en su rostro.
Los guardias vieron al joven omega acercarse, pero ninguno llegó a tiempo para detener sus intenciones. El palo de madera impacta en la cabeza del Sugawara, lo cual causa que caiga al suelo inconsciente.
Tobio se ve sorprendido, Hinata le regresa la misma expresión.
Los guardias, sin perder tiempo, trataron de retener a la pequeña naranja, la cual había soltado el palo debido al miedo que sintió después del hecho. Apenas pensó un poco más la situación y dedujo que de pronto podía tratarse de alguien de la realiza o que trabaja directamente con el rey, situación que podría ponerlo tras las rejas fácilmente.
—¡CORRE! —la voz de Tobio impactó en sus oídos.
Aquella súplica no podía cumplirla.
Sobre todo cuando su alfa se encontraba en manos de la armada real.
Es capturado, los guardias reales retienen a la pareja, mientras uno de ellos llevaba a Koshi en sus brazos. Tenían miedo del general Daichi Sawamura, ya que, desde un inicio, habían prometido proteger la integridad del beta.
...
Los guardias habían llegado al castillo con los detenidos. Tobio estaba preocupado por su omega, al cual seguramente pondrían tras las rejas.
Tras las puertas del castillo, dentro de territorios de la realeza, dos guardias comenzaron a tomar rumbo diferente con el omega en su custodia.
—¡Hinata! —grita el alfa desesperado.
—¡Nakahara! —grita el omega de igual forma desesperado.
No quería separarse de su alfa, sobretodo en aquellas circunstancias de impotencia, desesperación y miedo.
—¿A quién le dices Nakahara? —preguntó el guardia que sostenía su brazo izquierdo, atrayendo la atención del peli-naranja —. ¡Tienes que tenerle más respeto, omega!
Hinata aún no entendía sus palabras. Nakahara era un habitante más de aquella ciudad, un alfa bendecido dentro de la población pobre.
Tobio estaba viendo todo, pero sus palabras no salían ni siquiera para detener las palabras de aquel guardia.
—¿De qué hablas?
—¿Aún no lo sabes? Estas ante el príncipe Tobio Kageyama, el próximo rey de este reino. No lo trates como cualquier persona, omega.
Sus ojos de iris marrón se ensanchan mostrando la sorpresa, impotencia e incertidumbre como lo era su mente y corazón en esos momentos. Ve a Tobio a los ojos y comprueba que es verdad, además de que este se delataba por sus feromonas.
No quiere creer que le ha mentido, no quiere creer que todo el tiempo que estuvieron juntos, convivió con una persona completamente diferente.
No quiere creer que todos aquellos sentimientos expresados hace un mes eran mentira.
Lo quiere, no... lo ama.
Pero aquellas verdades, caídas como un balde de agua fría, hacen que su mente se nuble de pensamientos negativos.
Le mintieron una vez. Le habían mentido de nuevo.
Llora. Las lágrimas de esos ojos que siempre irradiaban alegría, caían libremente sobre el suelo de concreto.
—Hinata...
—¡Cállate, no quiero escucharte! —una de sus manos trata de detener sus llantos, pero no lo logra.
Los guardias toman rumbo a otra dirección, van directo a los calabozos con el fin de encerrar al omega.
Tobio lo mira quebrarse. Pensaba que estaba preparado para enfrentarse a Hinata con la verdad, pero toda aquella fachada fue en vano.
Lo entendía.
Sin Hinata en su vida, nada cobraba sentido.
...
—¡Koshi! —la voz del alfa peli-negro, comandante del Ejército del Karasuno, grita el nombre de su amado al verlo inconsciente sobre el lecho.
Uno de los cinco guardias que habían salido junto al beta estaba dando la cara. Los guardias tenían un pacto y cada vez que algo grave pasaba, uno de ellos se sacrificaba por los demás, esta vez le tocó a Asahi.
El alfa de encontraba en la habitación del beta, la cual se encontraba en el ala sur del castillo. Toca las mejillas del beta y su mano derecha toca su frente, su temperatura era estable.
Aparta algunos cabellos de su frente con su mano e implanta un beso.
Se endereza, gira su cabeza en busca del alfa que daría la cara esta vez.
—¿Quién le hizo esto? —preguntó.
El alfa temblaba en su lugar, podía ser más alto, pero el comandante Sawamura tenía todo lo que un alfa dominante debería tener. Fuerza, intelecto, instinto de pelea y madurez emocional.
Su única debilidad es el beta.
—L-l-l-l-l-l-le juro que hicimos t-t-todo lo p-posible para evitarlo, p-pero nos s-sorprendió.
—¡¿Quién?! —pregunta el alfa aún más enojado que antes.
—¡Un plebeyo llamado Hinata Shoyo, se encuentra en los calabozos en este momento! —dice todo con miedo, rapidez y de manera clara. Asahi mantuvo sus ojos cerrados unos minutos, pero las feromonas que tanta ira expresaban habían desaparecido del ambiente.
Abre sus ojos y observa el lugar. Solo ve al beta dormir plácidamente.
Hoy había tenido suerte, pero tal vez el omega peli-naranja no la tendrá.
Muchas gracias por leer ♡♡
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Mi Amado Rey | KageHina
Hayran KurguEn el reino Karasuno, el rey Yoshio Kageyama busca desesperadamente el omega perfecto para su hijo, el cual, por ironías de la vida, es un alfa con poco interés hacia los omegas. Busca a un omega adinerado, hermoso, educado y completamente fértil pa...