La sorpresa y la alegría de verse nuevamente había nublado los pensamientos de la pareja.
Kageyama nunca pensó que lograría encontrarlo tan rápido y de manera inesperada en este lugar. Shoyo creía que lo volvería a ver en el baile real.
Ambos estaban felices y satisfechos de tener esa gran oportunidad. La oportunidad de verse y abrazarse una vez más.
Sin esperar un minuto más, Shoyo suelta su espada dejándola caer al suelo y corre hacia su alfa. Tobio abre sus brazos en respuesta, recibiendo al amor de su vida con suma delicadeza como si de una rosa se tratara. Luego, lo abraza fuertemente y lo acerca a su cuerpo para no dejarlo ir de nuevo, lo amaba demasiado. Acerca su nariz a su cabello y siente su exquisito aroma una vez más, tan suave pero potente que podía dominarlo si quisiera. Estaba muy, pero muy feliz en ese momento.
Eran tan mágico y enriquecedor estar a su lado, estar al lado de Shoyo, de su Shoyo.
Shoyo estaba haciendo y pensando casi lo mismo que su pareja. Lo extrañó demasiado, lo abraza con fuerza y siente su exquisito olor, aunque este tenía un cambio innegable que le impidió reconocerlo. Le resta importancia, ya que no puede evitar estar muy feliz en ese momento, ama a Tobio y su reencuentro era la confirmación de ello.
—Te extrañé demasiado —dice Shoyo para romper el silencio en la habitación. Tobio comienza a acariciar los cabellos naranjas de su persona favorita.
—Yo te extrañé aún más —dice y sonríe, expulsa feromonas de felicidad.
—No, yo mucho, mucho más —dice el de baja estatura, toca el labio inferior del contrario con su dedo índice derecho.
—¡No, yo mucho, muchísimo más! —exclama Tobio al notar que Shoyo no iba a dar el brazo a torcer. El más alto frunce su ceño y mira a su pareja.
—Pues yo te extrañé muchísimo, muchísimo más que tú, mi vida, te lo aseguro —contraataca Shoyo, no estaba dispuesto a perder.
—Puedo asegurarte que yo te extrañé demasiado, y muchísimo más que tú —vuelve a atacar Tobio. De alguna manera, la vergüenza desapareció entre ellos.
—Pues yo te extrañé de aquí hasta el infinito, a ver qué puedes hacer contra eso —el contraataque de Shoyo fue efectivo, Tobio tenía que reconocerlo. El nivel de afecto que se tenían era demasiado grande como para explicar la complejidad de su relación.
Se amaban y punto.
Tobio acaricia la mejilla de Shoyo y sonríe: —Está bien, tú ganas.
No podía negar lo obvio. Shoyo era, es y siempre será el amor de su vida.
Su abrazo duró aproximadamente seis minutos, donde hubo besos, caricias y sonrisas bobas.
—Tengo que hablar contigo, han pasado muchas cosas y quiero que lo sepas todo —dice Shoyo mientras disfruta del olor de su alfa con los ojos cerrados.
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Mi Amado Rey | KageHina
FanfictionEn el reino Karasuno, el rey Yoshio Kageyama busca desesperadamente el omega perfecto para su hijo, el cual, por ironías de la vida, es un alfa con poco interés hacia los omegas. Busca a un omega adinerado, hermoso, educado y completamente fértil pa...