Capítulo 39

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Los rayos del sol se filtran por las ventanas de la gran mansión Yukigaoka

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Los rayos del sol se filtran por las ventanas de la gran mansión Yukigaoka. Atsumu siente la luz tocar su rostro y abre sus ojos, se incorpora en el suelo y mira a su alrededor. Ahora lo recuerda.

Estuvo ahí con Shoyo toda la noche planeando su siguiente movimiento para obtener el documento probatorio acerca del origen de la guerra. Además de que supo la verdad de su padre biológico y Akihiko Hinata. Debió ser difícil saber la verdad después de tanto tiempo, pero estaba feliz de saber que él había tomado una decisión para un futuro mejor con su familia.

Atsumu observa a Shoyo dormir profundamente. El alfa se levanta y carga a Hinata entre sus brazos para llevarlo a su cama, que al parecer se encontraba en el segundo piso de esa habitación.

Atsumu exhala y sube las escaleras poco a poco, agradecía que Shoyo tuviera el sueño pesado.

Alguien toca a la puerta.

Atsumu se apresuró a dejar a Shoyo en su cama y regresar a atender a quien sea que esté tocando la puerta. Todos los empleados y todas las mucamas lo conocían como amigo de Shoyo, así que no estaría en problemas por ahora.

—¿Hola?

—Buenos días joven, el desayuno ya está listo para los dos, en una hora llega el profesor Takeda para las clases de hoy.

—Muchas gracias, en un rato bajamos.

La mucama sonríe y hace una reverencia para retirarse.

Atsumu cierra la puerta de nuevo y suspira aliviado, todo estaba bien.

...

Nishinoya se había levantado temprano para ir al campo abierto y jugar voleibol un rato. Últimamente estaba demasiado ocupado con algunos deberes, pero finalmente consiguió tiempo para si mismo.

Izumi, quien también estaba ahí recibiendo sus pases, hablaba sin parar expresando su enojo.

—¡Koji me saca de quicio! A veces me gustaría enterrarle la cabeza en el suelo para que deje de hablar. Es tan molesto cuando intenta parecer cool y dar una buena impresión a las chicas que pasan a su lado. Habla y habla sin parar del sin fin de relaciones que ha tenido y me restriega en la cara su situación como si sintiera envidia por él.

—A veces creo que te gusta hablar de él más que nada.

—Solo estoy expresando mi molestia.

—Y la expresas como si te molestara más que él salga con otras personas frente a ti.

—¿A qué quieres llegar?

—A que, de alguna manera, quieres llegar a estar en el lugar de esas chicas.

Izumi le devuelve la mirada y comienza a reír a carcajadas. Abraza su estómago y no recibe el balón, el cual cae al suelo lejos.

—Mira, Nishinoya, que él sea un patán con otras chicas y yo esté molesto no quiere decir que lo ame o algo por el estilo. Si me disculpas, iré por el balón.

Mi Amado Rey | KageHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora