Capítulo 30

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Yoshio Kageyama abre los ojos y parpadea un par de veces

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Yoshio Kageyama abre los ojos y parpadea un par de veces. Está solo, suspira y cierra sus ojos tratando de recordar lo sucedido.

La comida. Estaba envenenada. Trató de vomitar pero el veneno hizo efecto rápidamente hasta dejarlo inconsciente.

Una de las mucamas encargadas de vigilar y cuidar al rey, entra a la habitación y visualiza al hombre sentado en su lecho.

—¡Su majestad! —exclama la mujer, sorprendida y feliz, hace una reverencia y grita por los pasillos el despertar de su rey.

Todos los empleados, desde la puerta, saludan al rey y están felices por su mejoría. Yoshio sonríe y hace un ademán con su mano saludando a todas las personas. Los consejeros reales entran a la habitación.

—Estamos muy felices de que esté sano y salvo —dijeron los tres al unísono mientras hacían una reverencia ante él.

El rey, feliz y algo cansado, les pide que se retiren, que quiere descansar. Todos acatan sus órdenes, menos el segundo consejero real, Keishin Ukai.

—Disculpe su majestad, pero tengo algo que consultarle.

El rey suspira y dice: —Adelante.

—Según tengo entendido, usted con el primer consejero real, tienen planeado hacer una gran fiesta con todos los omegas del reino incluídos extrajeros.

—Si.

—¿Desea realizar el comunicado de ese baile hoy mismo?

Yoshio lo piensa un poco, no estaba seguro de dar esa noticia ahora, pero necesitaba cuánto antes a ese omega perfecto.

—Si.

—¿Y cuando será la fiesta?

—En tres meses, así tendrán el tiempo suficiente para preparar todo. Que hagan invitaciones para los reyes y sus hijos de los demás reinos del continente como se acordó.

—Si, su majestad. Con su permiso y espero se recupere pronto.

Yoshio asiente, viendo como el segundo consejero real se retira de su cuarto.

Estaba a punto de cerrar sus ojos cuando volvieron a tocar la puerta. "Pase" dijo con cansancio.

—Hola, padre.

Yoshio se alborota y se sienta de inmediato viendo a su hijo ahí, esperando una reacción de parte suya.

—Ven, siéntate —Yoshio señala una silla a su lado y Tobio se sienta en ella —. Que milagro tenerte por aquí.

—Sabes que entrar a este cuarto no es de mi agrado, Ikkei decía que aquí fue donde mi madre me dió a luz... y murió por mi culpa.

Yoshio observa el semblante decaído de su hijo, respondiendo inmediatamente: —Tu madre estaría muy decepcionada si te oye diciendo eso. Ella luchó muy duro para tenerte, debes estar agradecido de estar vivo.

Mi Amado Rey | KageHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora