Capitulo •10

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Andrea

Era imposible, mejor dicho, yo queria que sea imposible.

Todo lo que se de mi vida es que mis padres dieron todo para que yo tenga lo necesario, ellos son mi vida y no imagino que puedan mentirme.

- Cuando tenias 8 años, tu y tus padres viajaron a California, cuando estaban de camino al aereopuerto los interceptaron, no sabemos que pasó con tu padres y los sicarios te llevaron con ellos. El abuelo, Isaac Salvatorre, te buscó por años pero jamas dio contigo, antes de morir me pidio seguir con la busqueda, mi padre jamas hizo algo para encontrarte, por lo que yo te busqué solo.- hizo una breve pausa y continuó - Cuando te encontré estaba feliz, pero el dia que fui a la biblioteca me di cuenta que no recordabas nada de tu vida, entonces pensé en la manera de acercarme a tí.

Mis ojos se llenaron de lagrimas, senti mi garganta hacerse añicos y un escalofrio corrió por mi espalda.

Samuel siguió hablando.

- El dia que fui a la biblioteca y te vi, senti que mi corazon se aceleró, queria abrazarte y llorar por todo lo que he sufrido sin tenerte a mi lado, queria alejarte de todos y de todo, tuve que controlarme para no dispararle ahí mismo a Omar.

Se agachó, se arrodillo frente a mi y levantó mi rostro con su mano derecha, tenia los ojos brillosos por lagrimas.

- No sabes cuanto necesité de ti todos estos años, sufrí por tu ausencia, no pude abrazarte, no pude jugar contigo, no pude escuchar como me llamabas Rata. Necesite que trataras de golpearme y luego enojarte por fingir que me dolia.

Una lagrima bajó por mi mejilla y él la limpió, luego pasó sus dedos por sus ojos y limpió las lagrimas que amenazaban por salir.

Tenia tantas preguntas pero lancé la que más me importaba.

- ¿Quien... quienes son mis padres...?

- Clara Angeles y Javier Salvatorre.

- Me refiero a mis padres... con los que he vivido por diez años, creyendo que éramos una familia común.

- No lo sé, por lo que me enteré te encontraron en la puerta de su casa y desde entonces has estado con ellos.

- Y que... ¿para que me necesitas, Samuel?

- Necesito que tomes tu lugar, necesito que seas la señora Salvatorre, que seas mi mujer.

Me giré a mirar a Victoria y ya no estaba, por todo lo que estuve pensando ni me di cuenta que se habia ido.

- Se que tienes muchas preguntas, pero con el tiempo vas a descubrirlo. Lo prometo.

Me tomó del cuello y acercó a su rostro. Deje que me besara, le correspondí porque por alguna razon sabia que era cierto lo que habia dicho.

Ahora algunas cosas encajaban porque yo no recordaba nada de mi niñez, nunca vi mi certificado de nacimiento, ni tenia ropa de bebe que las madres suelen guardar de sus hijos.

Cuando nos separamos lo abracé, sus manos viajaron a mi espalda y acarició con delicadeza, escondí mi rostro en su cuello y sentí su perfume entrar por mis fosas nazales. Susurro algo que no entendí y besó mi cabeza.

Escuchamos un toque en la puerta y Samuel habló sin separarse de mi.

- ¡Ahora no! ¡Venga despues!

Me reí suavemente y volvieron a tocar la puerta.

- Estos si joden.- Se quejó - ¡Adelante! - la puerta se abrió y Raphael dió un paso hacia adelante, Samuel se separó de mi, pero no demasiado.

- Señor, la cena está lista.- informó Raphael.

Samuel rodó los ojos, me reí y me robó un corto beso en los labios. Se puso de pie y me ayudo a levantarme de la cama.

- Eres tan molesto, Raphael.

- Igual que usted, señor.- respondió este y me reí. Vi que contuvo una sonrisa y Samuel resopló.

- Andrea ya sabe todo, Raphael. Puedes dejar de fingir.

- ¿Como estas, Andrea? - me preguntó Raphael.

- Me siento rara, es mucho que... comprender.- dije mirando a Samuel y él se giró a mirarme - Debo saber todo si quieren que tome "mi lugar"

- Bueno, ya bajen. Me cansé de fingir ser un empleado de la casa.

Samuel carraspeó y le di un golpe en la cabeza, Raphael se sacó la corbata y quedó en camisa blanca sin la chaqueta del traje negro.

- Vamos, cariño.- dijo Samuel, caminé hacia la puerta y bajamos los tres al comedor.

****

- ¿Quién eres en realidad, Raphael? - pregunté.

- Tu primo.- respondió y tocí por el agua que estaba bebiendo.

- ¿Tengo un primo?

- Tres.- me corrigió Raphael - Sasha, Manuel y yo. Somos hijos del hermano de tu padre, tus tios se llaman Manuel y Paz.

- Es irónico el nombre Paz cuando son de la mafia.

- Es mas irónico que estuviste viviendo diez años en el mismo pueblo y Samuel nunca te encontró.- dijo con burla - En realidad, eso lo hace un idiota.- murmuró y Samuel le tiró la oreja.

- Respetame, inútil. Te cuidé por años.

- ¿Que pasará ahora? - Me preguntó Raphael.

- Primero quiero hablar con mis padres y saber por que me han ocultado que no soy su hija biológica por años.

- Tal vez no querían que crecieras buscando a tu otra familia.- comentó Raphael.

- Eso seria algo muy cruel de su parte.- respondí.

- Habla la que le disparó a su ex novio.- murmuró Raphael entre dientes, bajé la cabeza y Samuel le volvió a tirar la oreja - Lo siento, prima.

- Ya, déjala.- Respondió Samuel - ¿Que pasó con el atentado del restaurante?

- Los matamos a todos.- respondió Raphael y soltó una leve carcajada - Nadie dijo nombres de quien pudo mandarlos, así que tenemos una investigación pendiente y unos ataudes que llenar.

- ¿Deberia preocuparme? - pregunté y los dos dirigieron sus ojos a mi.

- No, Annie. Todo estará bien, pero para asegurarnos mañana comenzaran tus clases de disparos, conmigo. Serás la mejor, ya verás.- respondió Raphael y yo asentí, insegura.

- Ya terminé, voy a mi estudio. Quiero terminar una pintura con la que llevo dias.

- El lunes llegan mis hermanos, Sasha quiere verte.

- ¿Qué se supone que haga con ella? No la recuerdo.

- Tranquila, ella está loca, asi que se llevaran bien.- se burló Raphael.

Samuel lo golpeó por tercera vez y me reí, di las gracias y caminé hacia las escaleras. Antes de salir escuché que sonó el telefono de Samuel y este contestó, lo ignoré y subí a mi estudio.

AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora