Andrea

Capitulo •24

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Andrea

Me subí al auto junto a Raphael, llegamos a nuestra casa y vimos que todo estaba roto. 

Sillones, cuadros, floreros, todo estaba destruido. 

Decidí ir sola a mi estudio, cuando entré sentí que todo se vino abajo, todas mis pinturas estaban rotas y algunas con manchas sin sentido. 

- ¿Qué... pasó...?- Preguntó Raphael entrando y quedando igual de sorprendido que yo. 

Estaba por caer, afligida y con dolor en el pecho. 

Tal vez dirán que son solo pinturas, pero para mi eran más que eso. 

Eran momentos, recuerdos, la silueta de personas que con el pasar del tiempo conocí. 

Solo una, un cuadro estaba intacto, el de un niño. Lo había pintado hace algunos meses.

Recuerdo que pinté esa imagen por un sueño, yo miraba al niño y este sonreía.

Es un niño sin rostro, solo su silueta.

Me pregunté porque esa la dejaron y no obtuve respuesta de mi parte.

Raphael me sostuvo antes de caer, me abrazó y me permití llorar delante de él.

Una llamada nos distrajo, era Sam. Preguntaba si todo estaba bien y Raphael le contó como estaban las cosas. Sam dijo que volviéramos a casa de Victoria, en lo que remodelaban la nuestra.

Esta vez manejó Raphael, sostuvo mi mano en señal de consuelo y yo me centré en la carretera.

Era de día, por lo que no tuvimos miedo como aquella vez.

Nadie nos siguió, no habían autos, no había gente, solo viento y una carretera desolada.

- Le diré que sea mi novia.- Contó derrepente.

Lo miré y sonreí.

- ¿Que crees que dirá? Responde como su mejor amiga, no como mi prima.- Terminó.

- Te diría que se abalanzará sobre ti, te besará y dirá que si, pero soy realista. Vic siempre ha dicho que no quiere nada serio con nadie.

- Pero últimamente anda muy cariñosa conmigo.

- Si para ti "cariñosa", es molestarte y juntarse más con tu hermano, pues si, muy cariñosa.

- Ya, Ann. Hablo en serio, me gusta ella, pero no quiero quedar como un tarado. Quizás se queda con Manuel.- Dijo con un aire melancólico.

- Escucha: Si sospechas que le gustas, pídele que sea tu novia. Si tienes miedo, ¿para que naciste?

- Supongo, pero si me dice que no, tendrás a un primo depresivo por meses que es molestado por tu esposo.

- ¿Sam por qué te molestaría?

- Porque te presumirá. Siempre es así, le gusta demostrar lo que tiene y los demás no.- Dijo negando con la cabeza.

- Vamos a la clínica.- Pedí.

- Sasha está ahí, ¿segura de ir?

- A casa se ha dicho.- Cambié de opinión y este se rió.

- Llamé a mi padre, dijo que ahora yo estaba a cargo de Sasha. Estaba pensando en mandarla a Suecia. Hay un convento para niñas rebeldes.

- ¿La harás una monja?- Bromee, volviendo la vista a la carretera.

- Si es necesario para que respete, si.

El resto del camino hablábamos de cosas triviales, negocios y Manuel.