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AndreaAlgunos días pasaron. Sam se encargó de dejar sus negocios ordenados para que Raphael y mi padre se encarguen solo de hacer entregas.
Últimamente no me sentía bien, tenía dolores en el estómago, mucho sueño y dolores de cabeza, mi madre me cuidaba y lo hacía Victoria.
- Sam, duele. ¡Sacalo!
- Tranquila, el dolor es temporal.- Me dijo agarrándome con un poco de fuerza para inmovilizarme.
- ¡Sácalo!- Grité con desesperación.
- Ya falta poco, pero deja de gritar. Tu padre me matará si lo sabe.
- Fue tu culpa, tu me hiciste subir por esas malditas manzanas, ¡Ahora sácame esa astilla!
- Si te quedaras quieta, sería más fácil sacarlo.
- ¡Pero duele!
- Dios, deja de gritar, Andrea.- Pidió molestandose.
¿Cómo llegamos a este momento?
No viajamos a Atenas, vinimos a una tierra lejana propiedad de Manuel y Raphael.
Ellos nos la ofrecieron para estar solos y nos pareció buena la idea de convivir sin artefactos electrónicos. Lejos de la civilización.
Sam dijo que me subiera al árbol para sacar unas manzanas, que se veían tentadoras, y como yo era la más baja y ligera, le hice caso. Resbale y una astilla algo grande se clavó en mi cintura, al estar en pantalón y un top.
Mis padres habían llegado para dejarnos algo de comida y dinero, para emergencias y se irían en unas horas.
- Ya está.- Dijo soltandome.
- Por fin, tenías razón, ya no duele, solo es incómodo.
- Si, ven. Vuelve a subir, esa manzana me está llamando.- Lo miré y me crucé de brazos.
- Si tanto quieres esta estúpida manzana, sube tú.- Le dije caminando hacia la casa.
- Amoor.- Me llamó alargando la "O" para dramatizar.
- No, Samuel André Salvatorre Miranda, alias intenso. Sube tú por tu manzana.
- ¿Cómo me llamaste?- Preguntó atrapándome entre sus brazos, antes de llegar a la cocina.
- Samuel André Salvatorre Miranda.- Repetí.
- Lo otro, el alias.
- Alias "El intenso".- Lo reté.
- Verás como me pondré de intenso.- Amenazó besando mi cuello.
- Mis padres están aquí. Detente, niño.
- ¿Niño? Tengo 21. Tu eres la niña aquí.
- Pareces un niño de 16, queriendo follar en donde sea, como si fueran conejos.- Soltó una suave carcajada cerca a mi oído.
- Y tú no tienes problema con eso, no quieras hacerte la más madura, apenas tienes 18.- Me susurró.
- Y soy más madura.- Afirmé.
- Madura la que tengo abajo, querida.- Me dijo luego de dejar un beso en mi mandíbula.
- Eres un sucio, aléjate, cochino.- Le dije riéndome y soltó un poco su agarre.
Continuó diciéndome vulgaridades al oído, a lo que yo respondí riéndome, cuando oímos pasos y mis padres entraron a la cocina.
- Papá.- Lo saludé.
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Andrea
RandomPRIMER LIBRO DE LA BILOGIA "SALVATORRE" • A veces el amor no lo vence todo, tenemos que vivir para aprender. Andrea lo sabe, Andrea nos cuenta su vida, nos cuenta como conoció el amor y le fue arrebatado, nos cuenta como luchó y como le dió valor a...