Capitulo •27

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Andrea

- No, el divorcio es un hecho.- Dijo él.

- Por supuesto, no aguanto esta situación.

- El bebé nacerá con padres separados, ¿Están seguros?- Preguntó mi padre, mirándolos.

- Totalmente.- Respondió Christopher, el esposo de Samantha.

Ya estábamos de regreso a la mansión y vimos que estaban todos en el salón.

Samantha estaba seria, sentada frente a su esposo.

Sam me abrazaba por los hombros y los mirábamos.

Raphael estaba callado, metido en sus ideas.

Bradley tenía a Iker dormido en sus brazos, su esposa estaba con su hija, Sáhara.

Mi madre y mi padre solo estaban mirando a Samantha y Christopher.

- Los trámites ya están en proceso, mi abogado se encargará de toda la división de bienes.- Comentó Samantha.

- Debo irme, cuídense.- Rápidamente dijo Christopher y se fue sin nisiquiera mirarnos devuelta. Eso fue raro.

- ¿Él lo tomó bien?- Me atreví a preguntar.

- No está de acuerdo, pero nuestro matrimonio no tiene arreglo. Se acabó.- Aclaró Samantha.

Los trámites durante esas semanas nos afectó a todos, Samantha se veía hostigada, cansada; el medico nos dijo que era por el embarazo.

Pasaron dos semanas, ya había pasado casi un mes desde que Sam y yo viajamos, las cosas entre nosotros mejoraron bastante bien. Pero algo lo preocupaba.

Cada día estuve más enferma, no quería ir al médico porque no me gustaba, hasta que Raphael terminó convenciendome, él me acompañó, aprovechando que Sam no estaba.

- ¿Que tiene para nosotros, Doc?- Preguntó Raphael al médico.

- Ya tengo los resultados, y efectivamente, es algo bastante grave en su caso, Señora Salvatorre.- Nos dijo.

- ¿Que tanto?- Pregunté, por el rabillo del ojo vi a Raphael enderezandose en su silla y el médico se acomodó sus anteojos.

- Según los análisis, Señora Salvatorre usted....

En el camino de regreso Raphael no dijo nada, solo se limitó a asentir cuando le pedí que no dijera nada, lo prometió.

Era algo difícil de decir, le pedí ir a la casa de Victoria y aceptó sin pensarlo, él sabía que yo necesitaba a mi mejor amiga.

El peor error fue no ir a nuestra casa luego de salir del médico.

Miedo.... lo único que logré sentir, miedo por mi, por mi familia, por Sam y por....

¿Por qué....?

*

- ¡Mierda!- Gritó Raphael.

Tres camionetas totalmente negras, nos rodearon, varios hombres encapuchados se bajaron y rompieron los vidrios del auto de Raphael.

- ¡Déjala! ¡Suéltala, animal!- Volvió a gritar Raphael.

- De parte de Enzo Carozo.

Enzo Carozo, el hombre que me separó de mi familia, el hombre que acechaba desde las sombras, el hombre que vivía con una foto, mi foto.

Todo se volvió negro y deje de escuchar los gritos de Raphael, no sabía si estaba vivo, si estaba lastimado, si esto era la peor broma de Manuel o algo mucho peor.

AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora