Andrea

Capitulo •23

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Andrea

Cuando desperté lo primero que hice fue acercarme a Manuel, seguía dormido, acomodé las sabanas para taparlo a la altura del pecho y me senté en una silla, a su lado. 

Pasé mis manos por mi cara y bostecé.

Me paré y tomé una manta para tapar a Sam, quien seguía dormido. 

Caminé hacia la puerta para acercarme a los escoltas que se quedaron y uno de estos estaban dormidos y el otro cabeceando. 

- Oye, despierta a tu compañero.- Ordené.

- Si, Señora. Disculpe. 

- Yo puedo dejarlo pasar esta vez, pero si alguno de los señores se entera, estarán en serios problemas. Especialmente si lo sabe mi padre.- Advertí. 

- Si, Señora. No se repetirá.- Dijo mirándome -. Despierta, inútil. 

Negué con la cabeza y volví a la habitación para entrar al baño. 

Me miré al espejo y estaba con el cabello desordenado, ojeras como bolsas de supermercado con la compra de todo un mes. 

Si, esta bien. Exageré un poco, pero si me veía peor de lo normal. 

Si Victoria me ve así, es capaz de dejarme toda una semana en el salón de belleza. 

Si, ok. Volví a exagerar, pero así soy yo. Ámenme. 

En fin, como les decía. 

Me lavé la cara, use un kit de higiene personal que encontré en un mueble y utilicé el cepillo dental nuevo que encontré en el mismo. Peiné un poco mi cabello y traté que se viera un poco mejor. 

Tuve una pequeña imagen: Un hombre alto, me miraba y sonreía, extendió sus brazos hacia mi y me abrazó. "Abuelo" lo saludé y sonreí. 

Eso me hizo fruncir el ceño mientras sonreía. 

Salí del baño y Samuel se sentaba en el sofá donde habíamos dormido, revisaba algo en su celular y con su otra mano sostenía un vaso de café como el de anoche. 

- Buenos días.- Saludé y este guardó su celular para ponerse de pie y darme un beso en los labios. 

- Buenos días, cariño.- Respondió, volviendo a sentarse -. ¿Sabes? Te ves excelente a pesar de haber dormido en una clínica, en un sofá pequeño y con alguien tan alto como yo. 

Una risa escandalosa salió de mi boca y él me miró confundido, bebiendo de su café. 

- Si te hubieras despertado antes que yo, no dirías lo mismo.- Respondí, calmando mi risa. 

- Raphael tenía razón al decir que estás loca.- Dijo volviendo su mirada hacia Manuel.

- Y Samantha tenía razón al decir que en las mañanas eres insoportable.- Me defendí.

- ¿Y tu desde cuando eres tan cercana a mi hermana?

- Desde que es mi cuñada.- Respondí sonriendo -. Al igual que con Brad .- Seguí -. E Iker, él me dice que eres el peor tío que existe. Y que en realidad no le gustan los dinosaurios, el día que fuiste a la biblioteca, ni siquiera era su cumpleaños, ni sabias que le gustan los animales. 

- ¿Cuánta información guardas en la cabeza, eh?- Preguntó ofendido. 

- Lo que yo guardo en la cabeza es aún más grande que tu pe...- Mi frase quedó en el aire, Sam cubrió mi boca y me miró rogando paciencia. 

- Deja de ser tan cruda al hablar, a veces sobrepasas los limites.

Lamí su mano y este negó con la cabeza sin sacar su mano.