Capitulo •38

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Andrea

14 de Julio había llegado, otra vez, a la mansión de Enzo Carozo. 14 de Julio empezó mi infierno, pero por mi familia.

Y no me arrepiento.

****

Solo una semana

Una semana y Enzo ya había abusado de mi.

Me manoseaba donde sea. No podía siquiera servirme agua, porque él ya estaba tocándome el trasero o apretando mi mandíbula para besarlo.

Tenía razón, era peor que Omar.

Mónica de la nada desapareció y decidí no preguntar por ella, tampoco me importaba.

Estaba parada cerca a la terraza de mi habitación, sentí a Enzo poner su mano en mi hombro. No quería que volviera a tocarme, ya no soportaba esperar un día más.

Recordé lo que Sam me dijo en nuestra luna de miel.

"Pisa mi pie, golpea mi estómago y empujame"

Eso hice, pisé su pie y al instante se quejó por mi tacón, golpee su estómago y lo empujé. Volvió a caer al suelo.

Este comenzó a reírse con dificultad y se puso de pie.

- Samuel, ¿No?- Se burló - Sabía que lo harías. Yo se lo enseñé cuando éramos niños.

- Me cansé de esta estupidez, voy hacer una pregunta y la vas a responder con total sinceridad.

- Solo si tengo ganas.- Se tiró a mi cama.

- ¿Por qué quieres tanto que yo esté aquí?- Sabía la respuesta, pero necesitaba escuchar si había otra razón.

- Porque eres mi capricho y siempre obtengo lo que quiero.- Respondió sin interés.

- ¿Un capricho? Me violaste, me golpeaste y me humillaste. ¿Qué más quieres?

- Te dejaré cuando me canse de ti, ¿Sabe cuando será? Nunca.

Cansada de él y de esa situación, caminé hacia mi closet, pero antes de poder dar otro paso, Enzo me tomó del brazo y me tiró a la cama.

Ya no me importaba, lo haría otra vez.

- Tranquila, no tengo ganas de jugar un rato. Solo quería ver si hacías otra tontería como golpearme o gritarme.

- Ya no lo haré, te lo aseguro.- Dije sin mirarlo.

- Es viernes, cenaremos juntos en el comedor, ya sabes la hora.- Se fue.

Volví a ponerme de pie y cerré la puerta con seguro, hice lo mismo con el del closet luego de encerrarme en el.

- ¿Está todo listo? No soporto más tiempo aquí.- Dije tras el celular.

- Todo listo, lo haremos esta noche.

- Si, Enzo y yo cenaremos juntos. Voy a llevar el arma que tengo escondida. Por favor, no fallen.

- No fallaremos, está todo listo.

- Protege a mi familia. Por favor.

- Así lo haré, Andrea.- Colgué.

Miré mi reloj y la hora marcaba casi las 8 de la noche.

Entré a ducharme, y tomé mi tiempo, todavía me quedaba poco más de una hora.

Decidí ponerme un vestido rojo, me hice dos pequeñas trenzas y las uní debajo de mi cabello.

Me hice el delineado sencillo y marqué mis cejas, ponte mis labios de rojo fuego, mismo color del vestido.

AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora