Capitulo •34

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Andrea

Samuel regresó con sangre en la ropa, lo ignoré y deje mi celular en la mesita de noche.

- Ella está bien, la bala le dio en el brazo, nuestro médico ya....- Lo interrumpí mientras él se sacaba la camiseta.

- No me importa como este ella.- Le corté.

Me puse de pie y me saqué la pijama negra que llevaba puesta.

Quedé desnuda ante él y caminé hacia el baño a paso lento.

- ¿Amor...?- Preguntó este acariciando mi cintura.

- Suéltame, quiero ducharme.- Ordené sacando su mano de mi.

- Nena...- Reclamó.

Llegue a la ducha, dejando la puerta media abierta, escuché que tiró algo al suelo y caminó hacia la ducha.

El agua cayó por mi cabello, humedeciendo mi cuerpo entero.

Sentí las manos grandes de Sam en mi barriga y la levantó lentamente, un escalofrío de satisfacción recorrió todo mi cuerpo, de la nada el peso de mi barriga se había ido por un segundo. Luego la bajó lentamente, siempre cuidadoso.

- ¿Por qué hiciste eso?- Le pregunté luego de girarme a él.

- En internet vi que eso te aliviaría un poco el peso del bebé, ¿Funciona?- Preguntó besando mi cuello.

- Creo que no, fuera.- Respondí recordando mi pequeño plan. Volví a girarme para ducharme.

- Amor, por favor. Dejemos el tema de Mónica.- Reclamó abrazandome por la cintura.

- No voy a dejar pasar eso, Samuel. La preferiste a ella antes que a nosotros.- Besó mi mejilla.

- Yo no la prefiero a ella, nunca la preferiría por encima de ti, menos por encima de mi hijo. Ustedes son mi prioridad.

- Te dije que no la ayudarás, no me apoyaste y bajaste a verla.

- Estaba herida, amor. Hice lo mismo por Vicente, a pesar de tener en peligro a toda la familia.

- Es muy diferente, Vicente era uno de nosotros y siempre estuvo para mí, me protegió en casa de Enzo y cuido de mi embarazo.

- Lo sé, se que Mónica solo nos ha traído problemas, pero estamos en paz con su madre y es mejor mantenerlo así.- Suspiré y lo alejé.

- Necesito ducharme, hay más de dos baños en la casa, ve a otro.

Tiré todo mi cabello hacia atrás y lo lavé lentamente, provocando a Sam.

Aún sentía su presencia detrás de mi, tomé el jabón y lo pasé por mi cuello hasta mi barriga.

Traté de lavarme las piernas pero era imposible por la barriga, me dolía la espalda si me agachaba o me inclinaba.

Sam me quitó el jabón de la mano y me giró, se agachó y me ayudó a enjabonar mis piernas.

Sentí sus manos acariciar el interior de mis muslos, poco a poco sentía su respiración cerca a mi intimidad.

Su boca llegó a mi centro y chupó, un jadeo exagerado salió de mi boca y él siguió chupando, sus dedos abrieron mis pliegues y la punta de su lengua tocó mi clitoris.

Tomé su cabello y lo moví a mi antojo, solo unos minutos fueron suficientes para correrme en su boca y él lamió todo hasta dejarme limpia.

- ¿Seguirás ignorando a tu esposo?- Me preguntó luego de ponerse de pie y acercarse a mis labios.

AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora