Capitulo •4

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Andrea

Los días pasaron rápido, mi padre salió bien de la operación y estaba recuperándose en la clínica hasta que sea posible recuperarse en la casa, mi madre ya estaba en su nueva casa y todavía no se acostumbraba hasta tener a mi padre con ella, los médicos dijeron que la recuperación total terminaría de 6 a 12 meses por lo que Samuel dijo que le pondría una enfermera las 24 horas del día para estar a cargo de él.

Estaba con Mattheo, en la ultima prueba del vestido. Para mi sorpresa, Samuel y yo no nos veíamos haces dos días.

- Bueno, primor. Vamos a ponerte el vestido para la prueba final.

- No te preocupes, me lo pongo sola.

Me excusé, Mattheo me miró con el ceño fruncido y yo solo le di una leve sonrisa. Entré al vestidor mientras me sacaba la ropa y quedar en ropa interior para ponerme el vestido.

- Primor, adivina....

Miré por el espejo y Mattheo me miraba la espalda, me giré y su sonrisa cayó.

- ¿Qué te paso en la espalda?

- Nada, solo me caí.

- Andrea, soy hombre pero no soy tonto, eso no fue por una caída. ¿Quién te golpeo?

- De verdad, fue por una caída.

- Andrea, me dices la verdad o tendré que hablar con Samuel, sabes que él encontrará la verdad de todos modos.

- Fue... Omar.

Mattheo caminó hacia mi y me tomo de las manos mientras nos sentábamos, me escuchó, lloró conmigo y me abrazó.

- Promete que no dirás nada, ni a Samuel.- Le dije y me ignoró.

- No dejes que nadie te golpee, nunca mas.

- Jamás creí que lo haría, era alguien tan pacifico y amoroso...

- A mi me golpearon una vez, mi ex novio y no se lo permití nunca más, tú no lo hagas, si es necesario habla con Samuel.

- No puedo, Mattheo. Omar dijo que si contaba algo, se metería con mis padres, por favor promete no decir nada...

Mattheo me volvió a ignorar, me dio un beso en la cabeza y salió del vestidor.

 
Me puse el vestido y salí, Samuel estaba parado a un lado del sofá, donde estaba Victoria y mi madre. Mi madre me miró y una lagrima cayó por su mejilla mientras se llevaba las manos a la boca, Victoria corrió a mi para abrazarme y jugar con el velo. 

Samuel levantó la cabeza y nuestros ojos se encontraron por un momento, desvió la mirada y tomó de su botella de agua, me subí a la plataforma y me miré al espejo, Vic se puso a mi lado y comenzó a gritar, las personas a nuestro alrededor la miraron con un gesto de disgusto y siguieron en lo suyo.

- ¿Te gusta...?.- Cuestionó, Mattheo a mi otro lado.

- Es hermoso...- Susurré.

- Yo disfruto contigo como si fuera mi boda.- Habló, Victoria.

- ¿Ya tienes algún pretendiente para boda?.-Le pregunté a mi mejor amiga.

- No, reina. ¿Para que casarme y atarme a alguien? Mejor viajo y marco a cualquier hombre.- Contestó, Victoria. Mattheo y yo nos reímos.

- Estas muy hermosa, hija.- Habló mi madre, poniendo sus manos en mi cintura y su cabeza en mi hombro para mirarme desde a través del espejo -. Tu padre te manda todas las bendiciones y el amor, dice que le encantaría entregarte pero ya sabes porque no se puede.

AndreaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora