Thais
Él se pone de pie con lentitud y emerge de las sombras. Con vaqueros oscuros y una camiseta negra, sale a la luz, su intensa mirada encierra con rabia. En realidad tiene un aspecto aterrador, pero también dolosamente atractivo.
Sorprendida, observo cómo la figura de Aang se acerca a mí, sus movimientos son más rígidos que de costumbre, aunque hay cierta elegancia en su andar. Incluso puedo vislumbrar el cuerpo musculoso, duro y atlético debajo de su ropa. Trago saliva, mirando la puerta.
—¡No estás muerto! No estabas muerto... —para rematar la humillación, con la última frase se me escapa un sollozo y se me quiebra la voz.
La adrenalina me sube, su expresión es indescifrable, ininteligible... Tiene una apariencia peligrosa.
Me observa con aquellos ojos verdosos resplandecientes en una mezcla de rabia y frustración en su mirada.
—¿Qué haces aquí? —Estoy que me meo del miedo, pero no dejaré que se de cuenta.
Mis manos no dejan de temblar y se me cierran los puños continuamente. No puedo defenderme, abro rápidamente el cajón que tengo al lado. Dentro hay un cuchillo y lo saco mientras él saca su pistola y me apunta con ella directamente en la cabeza.
—Suelta el cuchillo.
—No, sí lo hago me harás daño —agarro el cuchillo con más fuerza y camino en su dirección. La situación es grave y peligrosa, tengo que jugarla. Además, si hubiera querido matarme ya lo habría hecho.
Dejo caer mi bolso al suelo y me acerco a él, bajo su atenta mirada. Una vez cerca llevo las manos a su cinturón, Aang sube los dedos a mi barbilla y me levanta la cara obligándome a mirarlo a los ojos.
—De rodillas —su voz destila poder. Se ha hecho del control absoluto de la noche. Ejerce un completo dominio y yo estoy sometida por completo. —Ahora.
Yo me arrodillo a pesar del dolor que me provoca el suelo de parquet. Su mano me agarra el pelo con fuerza y yo aprovecho su descuido para presionar el cuchillo en su entrepierna.
Sus ojos se oscurecen. —Sé de alguien que lo va a extrañar si le haces daño.
—Seguramente esa no seré yo.
En sus labios se dibuja una sonrisa, una leve, igual que cuando lo desafiaba.
—Está bien —se rinde. —Tregua —propone, dejando de apuntarme con la pistola.
Yo no cedo terreno, presiono el cuchillo en aquel punto exacto que mi entrepierna anhela sentir de nuevo clavando profundamente dentro de sí.
Él echa un vistazo a mi mano antes de dirigirme una mirada asesina. —Suéltalo.
—No —mantengo el mango bien agarrado.
—Suéltalo, o, verás lo que sucede si no lo haces —entierra su mano con más fuerza entre mi cabello. Las venas de la superficie sobresalen bajo la piel. Los músculos se le contraen.
Yo no quiero ceder, pero lo dejo caer al suelo. Siento como el pánico se apodera de mí, y no logro controlar la respiración.
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Absurda [Libro #2]
RomanceSegundo libro de la «Saga Placeres Culposos». El amor y el odio son el mismo sentimiento que se expresan y se viven de forma distintas. Y así es Thais para mí, con ella experimente una turbulencia de emociones desde el amor más absurdo hasta el odio...