Thais
—¿Necesita algo más, mademoiselle?
Niego con la cabeza, dándole el último trago a mi bebida.
—¿Conoces muy bien a Aang? —hago la pregunta cómo si fuera casual.
—Desde que nació —dice con una sonrisa—. El señor Calvin Briand me contrato cuando se casó con la señora Shaina y ella estaba embarazada.
—¿Conociste la madre de Aang?
—No tengo permitido hablar de ese tema, mademoiselle —dice cortésmente—. Solo puedo hablar de mi vida, no de mis jefes o antiguos jefes.
Así que sí conoció a los padres de Aang, y me va a hablar de su vida, tendrá que hablar un poco de ellos, ¿no? De una forma u otra sus vidas están unidas.
—Nunca te he visto irte de aquí —cambio de tema.
—Es porque siempre estoy aquí.
—Así que, ¿incluso cuando no estás trabajando, sigues aquí? —estoy sentada en el mostrador de la cocina mientras Anton lava los platos. Me había preparado una ensalada Cobb con pan recién horneado y una batida de lechosa. Estaba todo delicioso, como todo lo demás que hace.
El maldito de Aang me había dejado esposada, y mis gritos alertaron a Elliot, quien me liberó sin preguntas. Vomité, me di una ducha y luego Elliot le pidió a Anton que me preparara algo de comer. Ahora, aquí estoy esperando a ese idiota francés.
—Oh, siempre estoy trabajando —dice Anton mientras enjuaga los platos y los coloca en el lavaplatos.
—¿Siempre? —pregunto, terminando mi último bocado de comida—. No puedes hablar en serio.
—Siete días a la semana. A menos que esté enfermo.
—Eso no está bien. Le patearé el trasero cuando lo vea.
—No te enojes demasiado —dice con una risita—. Me encanta trabajar aquí. El pago es excelente, los alojamientos son de primera, y es un placer servir al señor Briand. Además, es la única familia que tengo. Sé que en cualquier momento que desee un descanso, el señor Briand no dudaría en darme y mi trabajo aquí solo consiste en cocinar y verificar que los demás hagan bien su trabajo, me siento satisfecho.
—¿Y no te aburres nunca?
—Trabajar me permite no pensar demasiado. Me encanta trabajar aquí. El pago es excelente, los alojamientos son de clase mundial, son seguros y es un placer servirle al señor Briand. Además, es la única familia que puedo decir que tengo. Me aburriría si tuviera tiempo libre, en total caso, trabajar me permite no pensar.
—Dirías eso, aunque no lo fuera.
Ríe entre dientes y termina el último plato.
—Eso es lo que me hace un buen mayordomo, pero en mi caso todo lo que digo es real —agarra mi plato del mostrador—. ¿Terminó, señorita Thais?
—Sí, pero puedo encargarme de eso, Anton. No deseo molestarlo más de la cuenta.
—No me molesta —se vuelve hacia el fregadero y enjuaga el plato. —Disfruto estar aquí y hacer mi labor.

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Absurda [Libro #2]
RomanceSegundo libro de la «Saga Placeres Culposos». El amor y el odio son el mismo sentimiento que se expresan y se viven de forma distintas. Y así es Thais para mí, con ella experimente una turbulencia de emociones desde el amor más absurdo hasta el odio...