Thais
Me levanto desorientada en una habitación que no es mía, y enseguida los recuerdos de la noche pasada irrumpen en mi mente.
¿Qué he hecho?
Siento que me asfixio y las náuseas me suben a la garganta, voy hacia el servicio para mojarme la cara. Cuando por fin logro tranquilizarme un poco miro alrededor sintiendo un mal sabor de boca y los recuerdos agridulces quedan relegados a un lado en cuanto escucho sus pasos.
Tocan la puerta. —¿Quién es?
—Soy yo —Theodore entra en la habitación sin esperar respuesta. —¿Cómo te sientes?
—Yo... —hago una pequeña pausa y tengo ganas de llorar de nuevo, ¿qué pasa conmigo? —Estoy bien, me iré en cuanto me cambie.
—¿A dónde te irás? —me pregunta, —¿Qué ropa vas a poner?
—No lo sé, pero tampoco quiero regresar a América —suspiro.
—¿Dónde vas al salir de aquí?
—A buscar trabajo.
—¿Y cómo vas a sobrevivir hasta que lo encuentres?
—Tengo ahorros —miento. —Me las apañaré.
—Y, por curiosidad, ¿en qué piensas trabajar?
—De lo que sea.
Es oficial: no hay nada peor que ser joven, estar en ruina, matar a alguien y estar sin trabajo en un país extranjero.
El dinero que me llevé de la casa de Aang seguramente no da para ni tres semanas y sé que si no consigo trabajo pronto me quedaré en la calle y para variar mi francés apenas es entendible.
Theodore me mira como si fuese una especie de castigo ineludible que ha encontrado en la calle y ha entrado a su vida sin avisar.
—¿De dónde eres? —pregunta.
—Crecí en Cuba pero mis orígenes son desconocidos —me sincero. —¿No te has dado cuenta que no tengo acento?
La verdad es que no tengo ni idea cuál es mi verdadera nacionalidad. Cuando papá murió descubrí que tenía muchos pasaportes falsos y puede ser que su nombre no sea real. Desconozco los orígenes de mi padre tanto como los de mi madre. Bueno, sé hablar ruso por mi hermana, pero sé que no soy rusa. Ella sí.
—¿Qué sabes sobre París?
—¿Que hace mucho frío? ¿Y hay francés psicópatas que secuestran a chicas solo porque están aburridos?
—Muy graciosa. ¿Cuántos años tienes?
—Veinte —evito decir que hoy es mi cumpleaños y alzo la barbilla—. ¿Y tú?
—Deberías evitar mentir acerca de tu edad, poner un año más no te va a ayudar en nada... —replica—. Cumplí treinta y cuatro hace una semana, así que haz caso a la voz de la experiencia y fíate de mí cuando te digo que lo mejor que puedes hacer es dar media vuelta y volver por donde has venido. Aquí no hay nada para alguien como tú.
Le miro malhumorada.
—Voy a quedarme. Quiero estar aquí.
—¿Y de qué vivirás, niña?
—Buscaré trabajo. Fue una de las mejores en mi clase de Marketing, tengo conocimientos en contabilidad. Algo habrá, ¿no?
—Pero no sabes Francés —termina por romper todos mis esperanzas.
—Sé lo básico para ser una camarera —suelto.
—¡Demonios! —refunfuña como si le hubiera arruinado sus planes. —Está bien, tengo una propuesta, hablemos.
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Absurda [Libro #2]
RomanceSegundo libro de la «Saga Placeres Culposos». El amor y el odio son el mismo sentimiento que se expresan y se viven de forma distintas. Y así es Thais para mí, con ella experimente una turbulencia de emociones desde el amor más absurdo hasta el odio...