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Thais

Los chicos están sentados en la mesa frente a mí. Se han quedado sin palabras, permaneciendo callados casi dos minutos enteros después de que yo termino de hablar. Las preguntas de David me habían llevado a contar todo, Verónica por su parte ya sabía una parte de la historia, así que ella solamente está viendo la expresión de David, quien se frota la barbilla con las puntas de los dedos y mira fijamente la superficie de la mesa.

―Sé que es mucho que digerir... No espero que lo entiendan.

―Entonces este tipo te capturó y te mantuvo prisionera durante unos meses... ¿pero tú te enamoraste de él a pesar de saber que su guardaespaldas era novio de tu hermana y que posiblemente te estuve asechando desde que volviste a encontrarlo en el bar?

Oír a alguien decirlo en voz alta me hace comprender lo ridículo que suena y lo trastornada que parezco. Pero si lo pienso, hubo varios aspectos positivos en este secuestro, descubrí el pasado de mi hermana, la persona a quien debí darle el huevo, supo que solo quería estudiar contabilidad para trabajar con David, sus palabras le habían heredado una empresa de Finanzas e Inversiones y quería estar ahí para él, pero ahora sé que puedo ayudarlo sin estudiar eso. Aang puede ser un idiota, pero sé que no cruza algunos límite, no abusó de mí cuando está drogada y ebria a los diecisiete, en su lugar me llevo a un hotel y me quito la ropa de vómito y me puso en su cama. Cuando me emborrache y pensé que era un sueño, lo invité a mi cama, pudo haber aprovechado de eso; sin embargo, no lo hizo.

―Eso es.

―Pero él no siente lo mismo por ti.

―No. Creo que solo me desea ―aquel frío recordatorio vuelve a hacerme sentir como una mierda.

―¿Y ahora trabajas y vives con él?

―Sí. Es una buena oportunidad y ayudará a mi curriculum.

Verónica pasa la mirada de mí a David, y de David hasta mí como si estuviera jugando al pin pon.

―¿Se acuestan? —pregunta incrédulo—. ¿Das tu consentimiento en eso?

Asiento. ―Sí ―sexualmente me manipula, no soy capaz de resistirme a él.

Siempre vuelvo a caer en sus redes.

No creo que Aang sea un amante normal, o que esta sea una relación normal. Si pudiera elegir estar con él todo el tiempo, lo haría, y eso es horrible porque sé que no es saludable y se supone que no debes estar obsesionado con la persona de la que estás enamorado, porque se supone que debes ser una persona por tu cuenta también, pero, aun así, siempre, elegiría estar con él.

―Te está usando, Thais.

―Eso lo sé, David.

―¿Te parece bien?

―¿Qué quieres que haga? ―me molesto. ―Ser linda no va a amarrar a un hombre, ser una arrastrada tampoco, darle un bebé mucho menos, ni siquiera si eres una buena mujer, el único hombre que se puede amarrar es aquel que quiere quedarse. Y Aang no quiere quedarse, en el fondo sé que es lo mejor, lo voy a usar como él me usa a mí: él tendrá sexo y yo estaré ganando experiencia en su empresa. Cuando tenga lo suficiente, me iré.

»La mayoría de las chicas se enamoran de imbéciles manipuladores que las tratan como mierda y les hacen cuestionarse seriamente las decisiones que tomaron en la vida mientras que ellas creen que son caballeros de resplandeciente armadura que solo necesitan un poco más de amor para cambiar. Pero yo no creo en eso. El caso es que no creo que el amor sea suficiente para cambiar a alguien. Ni siquiera existe amor entre nosotros, y se necesitan dos personas para que exista una historia de amor, estoy viviendo algo que sé que tarde o temprano va a acabar. Aang y yo no estamos destinados a ser. Jamás va a existir un nosotros. Y sé que no lo vas a entender.

Absurda [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora