30

10.4K 1.2K 196
                                    

Aang

—Viniste por mí —susurra débilmente—Viniste.

—Siempre lo voy a hacer, pequeña. Siempre voy a buscar si alguien te aleja de mí —le digo, besando su frente. —No olvides que voy a dar mi vida por ti si es necesario. Nadie te tocará un solo pelo mientras estés conmigo.

—Realmente los has matado por mí —su voz es débil, parece estar en la lejanía.

—Eso no es nada comparado con lo que haría por ti —me sincero. —Mataré por ti. Moriré por ti, pero no pienses ni por un maldito instante que te protegeré de mí; porque eso jamás podré hacerlo.

El blanco que rodea sus iris están demasiado rojo como para tenerme tranquilo, y su palidez es enfermiza. Incluso sus labios están morados. Sus manos caen inertes cuando las dejo libres y las tomo con las mías.

Toda ella se afloja y toma una bocanada de aliento. Tiesa, cansada, vencida. Esto parece un duro golpe a su vida, lo sé por la forma en la que sus ojos se humedecen otra vez y la hacen ver perdida. Completamente confundida. Cómo alguien que está luchando contra algo que su cuerpo necesita.

Sus rodillas se aflojan y la sostengo antes de que caiga.

—¿Qué le dieron? —pregunta Elliot, brusco.

Dejo a Thais recargarse en mi pecho mientras llamo a mi doctor. No contesta a la primera, así que le llamo una y otra vez.

Al tercer intento, responde al teléfono.

—¿Qué ocurre?

—Thais está enferma —le digo sin preámbulos—. Está muy mal. Necesito que vengas a mi casa. Ahora.

—Voy de camino.

Cuelga.

El corazón me palpita con un ritmo sordo e intenso mientras le levanto la muñeca hacia mi cara y presiono los labios contra la palma.

—Vas a ponerte bien —susurro, ignorando el miedo afilado que se me clava en las entrañas. —Vas a ponerte bien, pequeña. Tienes que hacerlo.

—¿Qué mierda le dieron? —me vuelve a pregunta Elliot, mirándome como si quisiera asesinarme.

Trago, y voy a responder cuando Terrence se agacha y levanta entre sus dedos un gotero roto.

—Esto —dice, tenso. —Estoy seguro que la quería cooperativa para lo que tenían pensado hacerle.

Todo el mundo queda mudo.

La respiración de Elliot se acelera y parece que tiene el poder de derribar esta casa con cada soplo. Terrence sorbe por la nariz y Lars le quita el tarro para leerlo, empalidece completamente y lo deja caer al suelo como si le quemara.
Elliot me quita a Thais de las manos.

—No —susurra ella, estirando el brazo hacia mí—. Quiero estar con él.

Elliot hace que Terrence le agarre a Thais y viene a mí como un rayo, directo en mi dirección con intenciones de cometer asesinato. Recibo el puñetazo en toda mi mandíbula y me derriba al suelo, el interior de mi boca se rasga y siento el gusto instantáneo de la sangre poblar mi lengua. Elliot nunca antes me había atacado ni siquiera cuando amenacé con hacer que lo sacaran de la misión si seguía viendo a Thalia por lo que lo dejó pasar.

—Todo es tu culpa —ruge Elliot. —En el momento en que decidiste olvidar el plan y pensar con tu pene la pusiste en peligro. Escorpión no la atacaría si no supiera que estás interesado en ella.

No lo culpó, desde un principio renuncié al plan y solo me concentré en tírarmela. Si soy sincero, nunca creí que ella tuviera el huevo, pero era una excusa perfecta para que Elliot no interfiera.

Absurda [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora