Thais
Escuchamos unos pasos, luego unos toques en la puerta.
—Tenemos compañía —afirma y me hace levantar de su regazo antes de decir un "pase".
Mi mirada se dirige a la alta pelirroja cuyo vestido podría considerarse como una camisa larga en vez de un vestido de verano cuando entra por la puerta. —Lou.
—Aang —se puede detectar sus mejillas sonrojadas a un kilómetro de distancia, y veo que se inclina para darle un beso en la mejilla a Aang, un acto que no me gusta. En absoluto.
—No esperaba verte hoy aquí —dice Aang con un ligero tono de sorpresa.
Su sonrisa es demasiado amplia y sus pestañas batientes demasiado largas.
—Hace un día tan bonito que simplemente tenía que salir de casa y verte —su marcado acento francés está marcado con un tono sensual mientras acentúa en cada palabra las consonantes. Me pregunto si se viste para combinar con su acento excesivamente sexy, o si habla de forma que combine con su revelador vestuario.
Finjo toser.
—¿Y esta qué hace aquí? —Lou, la francesita esa, dirige su atención hacia mí.
Mis labios se separan con una respuesta mordaz, pero Aang se adelanta. —Volvió para trabajar conmigo y pagar por todo el daño que causó al incendiar mi casa.
Sonrío, bañándome secretamente en su evidente decepción por mi regreso.
—Discutamos esto en privado, ¿de acuerdo?
Aang mira a Lou y creo que ahí se dicen algo. Luego me mira a mí y hace un gesto de cabeza hacia la puerta, finjo no entenderlo, cruzándome de brazos. Él termina por levantarse y sacarme de su despacho.
Desgraciado.
—Disfrutando de su mal humor, veo.
Doy la vuelta y veo a Elliot acercarse a mí.
—Sí. Aang está dentro haciendo lo que sea que haga con la francesita esa.
—Ah —Elliot me sonríe—. Así que has vuelto a ver a la señorita Louise.
—¿Quién es ella?
—Es la hija de un empresario.
Levanto una ceja.
—Quiero decir para él. ¿Quién es ella para Aang? ¿Por qué ella siempre está tan cerca?
Elliot levanta un hombro.
—¿Qué quieres decir en quién es ella para él?
—Oh, vamos. Puede que no esté al tanto de todo lo que pasa por aquí, pero habría de estar ciega y no ver cómo ella lo desea. Solo quiero saber si ha pasado algo entre ellos desde que me fui —no es que me importe, solo es curiosidad.
—Probablemente —ni siquiera trata de restarle importancia—. Aang es un hombre de sangre caliente. A menos que una mujer atrape su corazón, una mujer hermosa siempre llamará su atención.
—Oh, genial. No —me burlo. Sin sentirme cómoda con el tema en cuestión—. Ya tengo una excusa perfecta para cada cuerno que voy a pegarle. Ya de por sí soy latina y tengo la sangre caliente por naturaleza.
Elliot suelta otra sonrisa y de pronto aparece la imagen de la foto de él y mi hermana juntos.
—¿Qué hago para que Aang me perdone por haber intentado matarlo?
—¿Por qué quieres que te perdone?
—Porque si me perdona, sería más fácil convencerlo de dejarme ir.
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Absurda [Libro #2]
RomanceSegundo libro de la «Saga Placeres Culposos». El amor y el odio son el mismo sentimiento que se expresan y se viven de forma distintas. Y así es Thais para mí, con ella experimente una turbulencia de emociones desde el amor más absurdo hasta el odio...