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{Marzo 2020}

Eso era un error. El picor en la piel de Jimin se lo aseguraba. Era un error encontrarse en ese restaurante en aquel momento. ¿Por qué dejó que Taehyung lo convenciera? Y más importante aún, ¿podría arrepentirse y, simplemente, dar marcha atrás?

El recinto era un bar/restaurante, ubicado estratégicamente cerca de las oficinas, para que cualquier trabajador pudiera visitarlos y beber un trago al final de la jornada, o almorzar al mediodía. Jimin y Taehyung solían frecuentar el lugar incluso, ya que el menú era variado y accesible. Pero ese jueves en la tarde, Jimin optaría por estar en cualquier otro lugar, en vez de ahí. Se sentía sofocado, a pesar que no había mucho público. Y, para su poca fortuna, su mesa se encontraba en una buena ubicación, al fondo del comedor, junto al gran ventanal que daba al verde jardín con un frondoso árbol.

Suena genial para cualquier otra ocasión, pero Jimin estaba cerca de una crisis de angustia si no lograba controlar el estúpido ritmo de sus latidos.

—Esto es un error.

—¿Por qué lo dices? Recién llegamos.

—En primer lugar, es jueves...— Taehyung lo interrumpió, antes que siguiera enumerando.

—Hay menos público en día de semana — argumentó. Jimin rodó los ojos —. ¿Y en segundo lugar?

Pero sin poder decir algo, Jimin mordió el interior de su mejilla. Taehyung lo miró inquisitivo, y supo que los nervios se lo estaban comiendo vivo.

—Respira — le susurró, acariciando el dorso de la mano que Jimin tenía sobre la mesa, empuñando una servilleta de tela —. Está todo bien.

Jimin negó con la cabeza.

—No lo está — y repitió: —esto es un error, Tae. Yo no debería estar aquí. No tuve que haberte escuchado.

—Minie, por favor. Él se disculpó, y es momento que hable contigo también. Te lo debe más que a nadie.

—Pero yo no quiero verlo ni escucharlo.

Taehyung aferró la mano de Jimin sobre la mesa, logrando conectar sus miradas, para hablarle seriamente.

—Han pasado muchos años, y de esta forma, podrás dejarlo atrás de una vez por todas.

—Lo dejé atrás hace mucho — sentenció, lo más firme que pudo.

—¿Y por qué estás enloqueciendo ahora?

Mantuvieron la mirada del otro por largos segundos. Jimin sentía que su corazón daba brincos en su garganta, con el mismo movimiento de las manecillas de un reloj. Como pudo volvió a hablar: —No tuve que haber dejado que me obligaras.

—No te obligué. Te lo pedí, porque creo que es lo mejor para ambos — Jimin quería expresar su malestar, pero Taehyung jugó la misma carta que siempre le daba la victoria; los ojos de cachorrito que suplicaban en silencio —. Por favor, Minie. Todos podríamos ser amigos de nuevo... Y estoy seguro que podrás dar vuelta la página y soltar ese peso que llevas contigo.

Jimin bufó, al sentir que era doblegado por Kim-cachorrito-Taehyung, con ojos grandes y expresivos, y su estúpido y adorable puchero.

—Te detesto — gruñó molesto, pero el hombre sentado frente suyo, sonrió ampliamente.

—Verás que será lo mejor. Y yo estaré aquí, así que nada te pasará. Sabes que siempre te cuidaré.

Sin otro argumento o queja, Jimin se cruzó de brazos. Su amigo siempre hacía lo mismo. No había forma de vencerlo, porque el muy maldito ablandaba el corazón de cualquiera. Y claro que Jimin sabía que podía contar con él. En todos los años de amistad, Taehyung había demostrado ser el mejor del universo. Y si Jimin tenía que enfrentarse a Jungkook por Tae, lo haría. Sólo esperaba que no resultara tan mal.

「My blood & tears 내 피와 눈물」 ✨ JIKOOK ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora