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Puta.

Puta.

Puta.

Se repetía en su mente, como un loop sin fin Y cada una de las veces, le escocían los ojos y se le apretaba la garganta. Una parte de él pensaba que le gustaba hacerse daño, pero el resto (la mayor parte), estaba entumecido y sin poder entender. ¿Cómo era posible que una simple palabra lo redujera a eso? Era un estado lamentable. Patético, realmente. Bueno, Jimin se auto definiría como una persona completamente patética y sin valor. No era querido ni siquiera por su propia familia, ¿qué podía esperar del resto del mundo? ¿Que vieran algo especial en él? Jodidamente hilarante. Se reiría de sí mismo si pudiera sentir algo más que dolor. Entonces, ¿Por qué tuvo que haber sido diferente con Jungkook? Estúpido jimin, por permitirse pensar/añorar, que para Jungkook significaba algo, si era evidente que para el pelinegro no significaba nada más que un agujero donde meter su pene cada vez que quisiera. Pero Jimin no quiso verlo. Estaba cegado por el deseo de ser querido. Por ese motivo nunca le puso límites ni le pidió nada, sólo aceptó migajas. Fue ocultado a pesar de dar todo el apoyo y lo que Jungkook quisiera. ¿Y para qué? Para recibir su rechazo.

Eres tan puta.

¿A qué iba eso, de todos modos? Jimin no entendía el motivo del insulto. Tampoco podía comprender que fuese su mismo Jungkook, quien le sonreía y tomaba su mano, entrelazando los dedos. Su mismo Jungkook que le decía que era suyo, y que le dijo que fue creado para él. Pero lo gracioso era que nunca fue realmente suyo, ¿verdad? Nunca fueron nada. Jimin se encontraba cuestionándose si habían sido amigos siquiera, porque tenía prohibido escribirle un puto saludo si Jungkook se encontraba con su novia. Y aunque dolía, Jimin lo aguantó, porque pensaba que se merecía esa basura. Y por Jungkook, podía soportar... Pero, aparentemente, por fin llegó a su límite. Después de recibir aquel mensaje la noche anterior, ¿cómo se volvía atrás? ¿Cómo podría mirarlo y no ponerse a llorar?

Lo peor de todo era que no sabía ni siquiera cómo enfrentarlo, si apenas se mantenía firme.

Bueno, tendría que descubrirlo. Ver qué pasaba cuando se vieran nuevamente.

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Jimin situó una máscara que ocultara sus emociones y su mierda, y asistió a clases. Aunque no pudo concentrarse en ninguna de las materias, estuvo ahí, fingiendo que nada pasaba en su vida. Incluso se juntó con sus amigos y sonrió.

Se sentó con los demás, en el patio universitario, viendo cómo Hoseok contaba una historia que estaba haciendo reír a todos. Las sonoras carcajadas tapaban su falta de diversión, al menos. Y Taehyung se sentó sobre los muslos de Jimin, abrazándolo por el cuello. Fue reconfortante. Amaba que Taehyung no se complicara por lo que pensaría el resto sobre esos gestos entre ellos. De tan cerca podía apreciar la gran sonrisa cuadrada y cómo sus preciosos ojos se cerraban. También pudo ver cómo Taehyung fue arrastrado en un rápido y sencillo movimiento, haciéndolo caer al suelo. Pero la mente de Jimin no lo estaba procesando. Fue tan sólo un par de segundos y todo se movió muy rápido.

Contradictoriamente, parecía haberse activado la cámara lenta. Jimin y todos los chicos se pusieron de pie, y Taehyung seguía en el suelo, quejándose por el golpe al caer. Jimin pudo haber pensado que el mundo se detuvo, de no ser porque el corazón le latía con un ritmo perdido en el pecho y garganta.

—¡¿Qué jodida mierda te pasa, maldito imbécil?! — fue el grito de Yoongi que hizo desviar la mirada de todos los presentes al recién llegado, sacando a Jimin finalmente de su trance.

Era Jungkook, observando con disgusto a su amigo en el suelo.

Y más específicamente: Jungkook quien lo tiró al suelo sin miramientos, y sin una pizca de arrepentimiento.

「My blood & tears 내 피와 눈물」 ✨ JIKOOK ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora