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{Julio 2013}

El sol estaba en lo alto, iluminando todos los rincones, pero no se sentía que quemara la piel. O quizás se debía a los árboles que los rodeaban, y la brisa que corría de vez en cuando.

Se habían ido a acampar por el fin de semana a Danho Sand Park, un lugar con pasto y ciertas cabañas aisladas. Pero también con la opción de llevar tiendas de campaña, para quienes no pudiesen costear grandes precios (como estudiantes universitarios, por ejemplo). Era cierto que estar en un saco de dormir, a la intemperie, no era lo más cómodo ni lujoso, pero estar rodeado de naturaleza resultaba acogedor. Al menos se respiraba un aire distinto. Detalle perfecto para despejar la cabeza de los estudios.

Habían viajado temprano, para aprovechar el día. Hubiesen visto el amanecer, de no quedarse dormidos en el bus.

En el parque se instalaron en dos carpas. Dejaron preparada una cocina provisoria, y se fueron a jugar fútbol. Excepto Hoseok, quien le temía a los golpes de la pelota y a las patadas. Y Jimin, a quien no le gustaba el fútbol. Para los demás resultó fácil dividirse en equipos de dos contra dos, y dejar a Jin de árbitro.

Hoseok y Jimin, a una distancia prudente, sentados sobre unas mantas en el pasto, los observaban sonriendo. Yoongi solía hacer trampa, Taehyung esquivaba la pelota mayormente, Namjoon se lo tomaba en serio, al igual que Jungkook. A ninguno de los dos les gustaba perder.

—¡Mira eso! — exclamó Hoseok, aplaudiendo efusivamente, a la vez que reía de sus amigos.

Jimin reía entre dientes. El brillo del sol lo encandilaba un poco, provocando que entrecerrara los ojos tras los lentes oscuros. Tuvo que cubrir su rostro con una de sus manos para poder ver mejor.

Jungkook le reclamaba a Seokjin una falta de Yoongi, quien había agarrado de la camiseta a Taehyung para evitar que llegara más cerca del arco. Hoseok, junto a Jimin, se reían a carcajadas, porque eran equipos tan pequeños y aún así no sabían sobrellevar un partido amistoso.

La burbujeante y pegajosa risa de Hoseok lo hacía reír más que el altercado en sí. Jimin se detuvo a mirar a su amigo por un segundo que pareció eterno, pues ya no pudo apartar sus ojos. Jung Hoseok era el chico más alegre que pudo haber conocido, y contagiaba esa misma alegría a quienes lo rodearan. Jimin se sentía más feliz cuando su hyung estaba cerca.

Hoseok sintió la mirada de Jimin encima suyo, y volteó a mirarlo también.

—¿Por qué me miras tan fijo, Jiminie? — el nombrado sonrió frente al apodo cariñoso.

—Estaba pensando que eres como nuestro sol, Hobi hyung.

Hoseok dejó escapar una risotada.

—¿Soy redondo y caliente?

Con esas palabras, Jimin se le unió con las risas.

—No me refiero a eso, tonto — le golpeó suavemente el brazo —. Digo que eres grandioso, ¿sabes? Estoy seguro que eres lo mejor del día para todos nosotros. Nos mantienes unidos.

—Oh, Jiminie — exclamó conmovido, acariciando el cabello del pelinaranja —. Ustedes hacen que mis días sean millones de veces mejores.

Se sonrieron por un par de segundos, antes de volver la vista al caótico partido.

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Almorzaron un arroz básico, porque era lo más simple de llevar a un viaje como ése. Y ninguno de ellos creía que merecía la pena gastar mucho tiempo ni esfuerzo en preparar algo más elaborado. Lo mejor vino después, ya que pudieron salir a caminar por los alrededores, fotografiando el paisaje y disfrutando de la hermosa vista. Era maravilloso cómo tener montañas siendo parte del paisaje verde mejoraba todo en un 100%.

「My blood & tears 내 피와 눈물」 ✨ JIKOOK ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora