「My blood & tears 내 피와 눈물」 ✨ JIKOOK ✨

16

{Marzo 2014}

Jimin y Jungkook se habían acostado y, como parte de una extraña pero ya establecida costumbre que Jimin no podía entender, Jungkook había tomado distancia. Es cierto que nunca dejó de hablarle, pero todo era diferente entre ambos, sin embargo. Jungkook se mostraba desinteresado, por decirlo de algún modo.

Hablaba y reía con todos los chicos, incluso con Jimin, pero los mensajes bajaban su frecuencia e intensidad. No había bromas en doble sentido ni insinuaciones. Tampoco le pedía fotos. Eran dos amigos comunes y corrientes, que pasaban el tiempo libre, entre los estudios y la novia de Jungkook. Y a decir verdad, Jimin estaba comenzando a fastidiarse del asunto. Ambos eran grandes y habían decidido tener sexo, entonces ¿por qué Jungkook era tan raro al respecto? Pero Jimin no era capaz de preguntarle ni enfrentarlo. Jodido cobarde.

Pero lo que más molestó a Jimin fueron los comentarios íntimos de Jungkook sobre su novia. ¿Por qué Jimin -o cualquiera, en realidad- debía conocer detalles específicos sobre los genitales de la chica? ¿No era una falta de respeto referirse de esa forma a su pareja? Al menos, Jimin creía que sí.

Y, además, Jungkook le había aconsejado que buscara novio. Jodida mierda, Jimin no necesitaba un hombre. No estaba en búsqueda de uno, porque podía estar bien por su propia cuenta. Aunque, claro, sería lindo contar con alguien, con abrazos, besos y amor incondicional, pero no se sentía desesperado. Si alguien llegaba a su vida, perfecto. Pero si no, no había problema tampoco.

Jimin se sentía culpable por pensar mal de uno de sus amigos más cercanos. Él adoraba a Jungkook. Le encantaba pasar tiempo con él, hablando de todo y nada a la vez. Pero, al mismo tiempo, no entendía ese jueguito mental que tenía con él... O quizás lo estaba malinterpretando. Quizás Jimin se estaba haciendo problemas solo y de manera gratuita.

Pero entonces, de nuevo, si era sexo sin compromiso, ¿por qué Jungkook se alejaba? ¿Por qué parecía tener dos personalidades tan distintas? ¿Se sentía culpable por engañar a la chica? Eso tendría sentido... Pero Jungkook podría enfrentar la situación y no ser tan idiota con Jimin. Jimin también se sentía culpable, a decir verdad. Pero cada vez que lo analizaba, llegaba a la misma conclusión: se permitiría ser egoísta al menos una vez en su vida. Pensaría en él. Estaba soltero, después de todo. Que Jungkook fuese responsable por su jodida relación.

Lo peor de todo, Jimin ni siquiera podía comentarlo con nadie, para recibir otro punto de vista siquiera. Él y Jimin tenían todos los amigos en común y, además, Jungkook era hetero y estaba en una relación con una chica. Por dichas razones, lo guardaban en secreto. Pero cada vez más frecuentemente, Jimin sentía que se ahogaba con todos sus pensamientos. Le gustaría que alguien lo escuchara sin prejuicios. Pero no sería posible...

Y pensar que aún tenía dos clases más ese día. Ya quería terminar con la jornada y poder ir a casa. Al menos, después de redacción, tendría inglés con Hongbin.

El simpático muchacho le había orientado para conseguir el trabajo de medio tiempo en la misma universidad. Le hablaba por mensajes y lo hacía sonreír con lindos gestos. Hongbin era un buen candidato para que a Jimin le gustara, pero a Jimin no le gustaba. No del todo, al menos. Sí, Hongbin era atractivo. A Jimin le gustaba la contextura muscular del chico, y su voz ronca. Pero había un detalle: los amigos de Hongbin eran unos deportistas idiotas. Hongbin era jugador de fútbol de la universidad, pero no parecía mal chico. Pero estaba esa constante desconfianza, de sentir que puedes acostarte con él, y lo divulgaría por completo. Después de todo, no era extraño escuchar comentarios y burlas de ese tipo. Jimin esperaba que fuese algo de la edad, y que luego, siendo adultos, las deslealtades desaparecieran.

Pero Jimin prefería que fuesen amigos, aunque Hongbin lo halagara muy seguido. Prefería protegerse.

Ese día, Hongbin le había dicho a Jimin que se veía bonito con aquel abrigo rojo, porque acentuaba el color de sus labios. De rojo se tiñeron sus mejillas, pero no hizo ningún comentario. Era agradable que lo hicieran sentir lindo, pero no se dejaría llevar; debían ser amigos, por el bien de ambos.