「My blood & tears 내 피와 눈물」 ✨ JIKOOK ✨

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{Enero 2014}

Luego que Jimin y Jungkook tuvieron sexo en agosto, Jungkook perdió la memoria, aparentemente. No mencionó en ninguna ocasión lo ocurrido. Ni siquiera una broma en doble sentido que sólo él y Jimin entendieran. Tampoco siguió enviando mensajes eróticos ni pidió fotografías sugerentes a Jimin. Al menos, no se distanció. Y aunque era algo bueno, no parecía ser suficiente para Jimin. Los primeros dos días, Jimin se cuestionaba todo. Repetía las imágenes de Jungkook desnudo, tocándolo y follándolo una y otra vez. Se masturbó cada noche con el recuerdo. Con la sensación aún tangible. Pero también se había sembrado la incertidumbre. ¿Habrá sido muy malo para el pelinegro? ¿El sexo con Jimin había sido mediocre? Quizás no le había gustado. Quizás se había arrepentido... Pero Jimin no tenía cómo saberlo. Se sentía como un completo cobarde por no ser capaz de preguntarle. Pero así eran las cosas. Habían vuelto a ser amigos sin ninguna doble intención de por medio. Y, claro, cuando Deokhye estaba presente, ellos debían mantener (aún más) distancia. Y si Jungkook estaba a solas con ella, Jimin no podía siquiera enviarle un mensaje a su celular, porque a ella no le agradaba el pelinaranja y les generaba roces.

A pesar de todo lo anterior, Jimin le sonreía y lo escuchaba con atención. Cuando estaban juntos, se sentía bien compartir con Jungkook. Se sentía cómodo. Olvidaba los percances que le carcomían la cabeza. Y para el primero de septiembre, el cumpleaños de Jungkook, Jimin le regaló una camisa de mezclilla Balenciaga. Había sido costosa, pero el pelinaranja sabía lo mucho que le gustaba esa marca a su amigo. Y Jungkook estaba genuinamente agradecido. Por el contrario, Deokhye opinó que era demasiado. "¿No crees que pasó algún límite con eso?" le había preguntado a su novio. A lo que Jungkook respondió "es muy Jimin". Es detallista y un lindo gesto. Pero la chica no estaba contenta. No le gustaba que fueran amigos. No le gustaba en absoluto.

En octubre, al décimo tercer día y cumpleaños de Jimin, Jungkook le regaló un llavero de una flor morada a crochet. "Sé que te gustan mucho las flores, Jiminie. ¡Feliz cumpleaños!" le había dicho, con cierto orgullo. Jimin le sonrió amablemente y le devolvió el abrazo. Pero la verdad era que no le había gustado el regalo. Los bordados, así como el crochet, estaban lejos de ser su estilo, aunque le gustaran las flores. Pero quiso agradecer el gesto. Aunque era inevitable comparar el esfuerzo que él había dedicado en el regalo de Jungkook...

Si bien no hay que dar algo esperando nada a cambio, Jimin creía que la reciprocidad era necesaria en cualquier tipo de relación. Y se arrepentía de ser tan tonto. Se sentía vulnerable al entregarse tanto cuando quería a alguien. En especial si ese alguien no lo trataba con el mismo interés ni importancia.

Y para Navidad, Jimin horneó galletas de jengibre para todos sus amigos. Tuvo varios intentos fallidos, pero finalmente logró diseños bonitos con glaseados coloridos. Jungkook les regaló calcetines a todos.

Y aunque Jimin luchó consigo mismo por no sentirse decepcionado una vez más, era más fuerte que él.

Realmente un tonto...

Por Navidad y Año Nuevo tenían dos semanas de vacaciones en la universidad. El 24 y 25 de diciembre se celebraba con la familia y se comía mucho. Para la celebración de Año Nuevo, los chicos asistieron a una grandiosa fiesta en casa de un compañero de clases de Seokjin. El único que faltó era Jungkook, ya que se fue de viaje a la casa de la playa Daecheon con la familia de Deokhye. "Momento de ganarse a los suegros", había bromeado Jin cuando les comentó sus planes de viaje.

A pesar de que enero era el mes más frío del año, ir a visitar el mar era terapéutico. A Jungkook le gustaba mucho la brisa marina, y no importaba tener que cubrirse con capas de ropa para protegerse del invierno. Sentía la piel del rostro fría, y estaba seguro que su nariz estaría coloreada al más puro estilo de Rodolfo el Reno, pero era incomparable sentir el oleaje. Cerrar los ojos y escuchar el sonido de las olas lo tranquilizaba.