「My blood & tears 내 피와 눈물」 ✨ JIKOOK ✨

07

{Febrero 2020}

Querer recuperar el tiempo perdido, definitivamente. Y, al mismo tiempo, enmendar sus errores. Porque Jungkook sabía que si comportarse como un maldito imbécil fuese un deporte, él se habría llevado medalla de oro. Arrasó con toda buena relación que tenía en sus años de estudiante universitario, y mandó todo por el retrete. Pero ya no quería arrastrar el arrepentimiento a cuestas. Era momento de enfrentarlos a todos y pedir disculpas. Más que por arrepentimiento, porque los quería de vuelta en su vida. Los chicos habían sido sus mejores amigos, y con ellos había tenido sus mejores años.

Todo sería tan simple con una máquina para volver en el tiempo...

Mientras los putos científicos no se dignaran a crear un aparato soluciona-errores, él tendría que aferrarse a sus testículos, y demostrar que era un hombre capaz de dar la cara y pedir disculpas.

El primer movimiento había sido acercarse a Hoseok, ya que era el ser humano más bondadoso que pudo haber conocido. Esperaba que no le diera vuelta la espalda, o ya no sabría cómo continuar.

Pero tal como lo esperaba, Hoseok respondió su largo testamento enviado por mail con palabras cálidas. Jungkook, incluso sin escuchar la voz de su antiguo amigo, sintió que había sanado una profunda herida.

En dicho correo, Jungkook había hecho mención a las emociones que lo habían llevado a escapar de regreso a Busan, la ciudad que lo vio nacer. Ahí estuvo viviendo 4 años, donde consiguió un nuevo empleo y una nueva vida. Pero a pesar de que todo parecía marchar bien, Jungkook no se sentía satisfecho. Sentía que no estaba viviendo su vida realmente. En un comienzo había considerado que así sería por un par de meses, hasta que lograra superar los conflictos internos generados por sus problemas. Pero al superar el año, la insatisfacción persistía. Y nada la hizo desaparecer completamente. Por otro lado, su orgullo le prohibía dar marcha atrás y volver a Seúl. Tenía que superarlo a como diera lugar.

Pero no pudo.

Cuatro malditos años tuvieron que pasar para rendirse. Entonces, tuvo que solicitar el traslado en el trabajo, vender su departamento y anunciarle a sus conocidos y familiares que se iría de Busan nuevamente.

"Tengo una mejor oportunidad de trabajo", había asegurado. Y con aquello, sus padres lo dejaron tranquilo, felicitándolo, rebosando de orgullo.

Recibió el nuevo año con sus amigos, y dos días después, regresó a la capital. Siendo todo tan incierto, no quiso pensar en comprar un lugar para vivir. Bastaría arrendar un simple departamento que no le quedara muy lejos del trabajo, para empezar a crear una nueva rutina. Suponía que de a poco cada pieza iría cayendo en su lugar.

Hoseok, increíblemente, le había respondido, con un correo igual de extenso. Le contó su punto de vista, sin prejuicios de por medio. No lo regañó por las idioteces que dijo o hizo. Al contrario, le abrió las puertas de su casa. Y aunque Jungkook dudó en un comienzo, finalmente aceptó visitarlo para su cumpleaños, aunque no sabía cómo reaccionarían los demás.

Le pidió a la chica con la que llevaba saliendo tres meses que lo acompañara, para no sentirse solo, en caso de rechazo. Pero para su sorpresa, todo marchó bastante bien. Incluso Yoongi, con su carácter ácido y lengua afilada, fue capaz de escucharlo y hablar con él como personas civilizadas.

Al final de la jornada había intercambiado número telefónico con todos. Y ese día, una semana después del cumpleaños de Hoseok, había organizado una junta en un pub/restaurante, para comer y hablar amenamente, sin novias de por medio.

—Quién nos hubiese imaginado vestidos como jodidos adultos alguna vez — exclamó Namjoon, aflojando su corbata, para sentir la libertad de haber terminado una larga jornada laboral.