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El cierre contable del mes anterior fue pesado, por decirlo menos. Aunque nada nuevo. El departamento de finanzas era un caos, con personas estresadas por doquier, buscando lograr grandes resultados en un tiempo acotado. La historia de cada mes. Y como cada mes también, su cuerpo se resentía. El cuello y los hombros le dolían cada vez que se estiraba. Pero al menos el viernes había llegado, y Min Yoongi estaba dejando la oficina para dirigirse a su hogar.

En la acera del gran edificio corporativo, estiró el cuello para ambos lados, haciéndolo crujir. Suspiró, pensando en lo aburrida que era la vida de un adulto responsable, con un trabajo de oficina. Y considerando que faltaban sólo cuatro días para su cumpleaños, se sentía viejo y más cansado.

Estaba masajeando su hombro derecho, cuando cerca de un pequeño árbol, notó a una pareja, también con trajes formales, compartiendo un beso. Fue una simple demostración de afecto; no muy escandaloso, pero lo que extrañó a Yoongi era al hombre alto que abrazaba a la mujer.

Nam Joo-Hyuk, el novio de Jimin. Y no sólo eso. Era el correcto y aburrido novio de su amigo Jimin.

Yoongi se sintió extrañamente cohibido mirándolos, como si fuese él quien estaba cometiendo un delito. Y deseando no ser visto, apartó la mirada, y emprendió su camino a cualquier otro lugar. Originalmente, la idea era irse a casa, para relajarse por fin, porque ya se sentía viejo para salir de fiesta después de una jornada laboral. Pero si se detenía a pensarlo, tenía un nuevo lugar al que ir.

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—Te ves como si hubieses tenido una larga semana de tortura — comentó en broma Jimin, al ver a su amigo sin corbata y con el cabello levemente desordenado.

—Así exactamente fue — coincidió Yoongi, entrando a la casa de Jimin, y dejando el saco de su traje en el sillón —. Jodidos fines de mes, los odio.

Jimin rió bajito, notando cómo su amigo se desplomaba en el sillón de dos cuerpos.

—¿No has pensado en cambiar de trabajo?

No era la primera vez que alguien le preguntaba, pero la respuesta no era tan sencilla. Si bien era agotador y demandante, le generaba suficiente dinero para tener una buena vida. Y lo hacía bien. Era jodidamente el mejor del departamento de finanzas. Pero, por supuesto, no era su vocación. Le parecía aburrido la gran mayoría del tiempo. Pero la conclusión siempre era la misma: no todos trabajan por vocación, sino por dinero. Ése era el jodido mundo real. Así que, claro, Yoongi había pensado en cambiarse de área, pero cuál era el sentido.

—A veces sí — respondió finalmente, encogiéndose de hombros.

—¿Quieres algo para comer? — preguntó Jimin, yendo a la cocina —. Joo-Hyuk me avisó que llegaría más tarde, porque salió con algunos compañeros del trabajo, así que podremos estar solos — Yoongi apretó los labios en una línea recta.

—Sólo algo para beber, si tienes.

Desde la sala de estar pudo escuchar cómo Jimin abría muebles y buscaba algo, para luego llegar con un vaso de vidrio y una botella para Yoongi.

—Me preocupa que llueva, porque Hyuk no llevó paraguas.

—Él estará bien — intentó tranquilizarlo, y al mismo tiempo, cambiar de tema. A Yoongi se le crispaban los nervios cada vez que Jimin mencionara al grandísimo aburrido e idiota de Nam Joo-Hyuk —. ¿Por qué llegaste tan temprano a casa hoy?

—Delegué varias de mis tareas a algunos periodistas, porque hace frío y quería venir a acostarme — confesó, ruborizándose levemente.

Yoongi rió fuerte.

「My blood & tears 내 피와 눈물」 ✨ JIKOOK ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora