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Desde la ventana se podía ver el cielo celeste y despejado. Parecía ser un día cálido. Claro que Jimin no podía asegurarlo a ciencia cierta, ya que su cuerpo, tendido a lo largo de la cama deshecha, ardía de adentro hacia afuera.

Jungkook se encontraba contando los lunares que adornaban la nívea piel, acariciándolos con su lengua, dejando un rastro húmedo. La sensibilidad de Jimin lo tenía temblando ante las atenciones. Pequeños quejidos entrecortados escapaban de su boca, deleitando al pelinegro, haciéndolo sentir orgulloso por cada una de las reacciones.

El gemido que contenía el nombre de Jungkook fue interrumpido por la melodía de un teléfono celular. La canción, for lovers who hesitate de un grupo indie surcoreano, dejaba en evidencia que se trataba del teléfono de Jimin.

Park alcanzó el objeto sobre la mesita de noche a su lado de la cama y miró la pantalla.

—Por favor no contestes — le pidió Jungkook con una voz profunda a su oído.

Jimin se estremeció, e incluso con la piel de gallina, dijo: —es Tae...

—Eres tan responsable — comentó el otro hombre, sabiendo que su Jimin no dejaría a uno de sus amigos a la deriva, si existía la posibilidad de que necesitaran de él.

—Me odio.

—No lo hagas, mi amor — le besó el hombro y dejó que contestara la llamada.

Jimin carraspeó su garganta, esperando que su voz no delatara lo que estaba haciendo. Y Taehyung, al otro lado de la línea, le recordó que pasarían el día todos juntos con sus respectivas parejas, añadiendo que extrañaba esas instancias.

—Yo también extraño que estemos todos.

—¡No llegues tarde!

—No lo haré. Nos vemos — cortó e intentó girarse para mirar a Jungkook, quien había vuelto a su trabajo de besar cada parte de su cuerpo —. Kookie, debemos ponernos en marcha. ¿Recuerdas que vamos a estar con los chicos hoy?

—¿Me odiarías si te dijera que en este momento no me importa?

Jimin lloriqueó porque era muy sensible, y su piel ardía con las atenciones que la lengua de Jungkook le estaba dando.

—No-o pu-edo odiarte, bebé — siendo la primera vez que Jimin lo llamaba de ese modo, Jungkook no pudo evitar hincarle los dientes a una de las nalgas de ese maravilloso hombre, dejándole una marca perfecta.

—Vamos — gruñó —, pero lo terminaremos rápido en la ducha.

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Namjoon y su señora contaban a sus amigos cómo Dong-Sun estaba pasando por un período en el que sacaba la ropa de los cajones para acostarse a dormir en ellos. Todos sonreían por lo adorable del pequeño niño, y por la felicidad que exudaban los padres. Namjoon nunca había estado más orgulloso en su vida.

Ni siquiera el sonido del timbre interrumpió la historia.

Taehyung fue a abrir la puerta, esperando que se tratase de los dos hombres faltantes.

—Disculpa la demora, TaeTae — fueron las primeras palabras de Jimin. Pero Taehyung se encontraba con los ojos abiertos de par en par, aún sosteniendo la manija de la puerta.

—¡JIMIN!! — saltó en un abrazo para rodear a su mejor amigo —. ¡No puedo creer lo que ven mis ojos!

Jimin y Jungkook rieron al unísono por la exageración.

—Quería sorprenderte — explicó Park, ligeramente avergonzado por tanta atención.

Y efectivamente, había cambiado un poco su apariencia en secreto. Y esperaba esa junta con todos sus amigos para revelarlo.

「My blood & tears 내 피와 눈물」 ✨ JIKOOK ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora