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Narra Ninah

Hoy, es mi primer día de trabajo en la cafetería y estoy nerviosa por ello, les prometí que daría lo mejor de mí y no les puedo fallar. Ni por ellos ni por mí. Sí o si necesito ese trabajo.

La clase habían terminado hace cinco minutos y el profesor aún continúa con su clase y eso me pone impaciente, no dejo de mirar la hora en mi celular y de mover mi pierna derecha.

—Muy bien jóvenes— pronunció el profesor Lee —pueden irse, nos vemos en la próxima clase.

Rápidamente, tomo mis cosas y salgo con la mirada baja para no ser encontrada por aquellos chicos. Hoy los había visto a los lejos cuando estaba entrando al salón.

Salgo de la universidad y comienzo a correr hacia la parada del autobús y así poder llegar a mi nuevo lugar de trabajo.

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—Perdón por llegar tarde Ahjussi, no volverá a pasar, es que el profesor no acababa la clase y después el autobús no pasaba...si desea puede descontar mi paga—lo último lo digo en un tono muy suave.

—Tranquila muchacha, no pasa nada, no hay mucha clientela, así que no hay problema— dice tranquilo — al lado de la despensa está un cuarto para que dejes tus cosas y te pongas el uniforme, ahí está mi hijo que te va a explicar todo lo que debes hacer.

Yo asiento y me dirijo a donde me comento. Al llegar me encuentro al dueño del lugar arreglando unas cosas. Él me explica todo lo qué hay en la despensa, y así reponer lo que se llegue acabar en el mostrado. Me entrega el delantal junto con una gorra, el cual es parte del uniforme.

Me coloco el delantal y comienzo atender a cada uno de los clientes que ingresaban, así como me lo había explicado Hobi. Por suerte no hay muchos clientes en ese momento, así que puedo aprender bien a como usar la máquina de café.

Si bien en el restaurante había uno, nunca me encargué de manejarla. Por lo general el encargado era el chico que hacía las bebidas.

Acomodo mi gorra hasta que al loca ingresa un cliente, por unos segundos observa el menú y luego se acerca a la caja para hacer su pedido.

—Hola, quiero un ice americano— dice con una mirada fija en mí.

—Sí, por supuesto, ¿En qué tamaño?

—Grande.

Lo anoto en la máquina asistiendo — ¿Desea algo más? — niega y pasa su celular por el datáfono para hacer el respetivo pago.

Vaya sí que la tecnología avanza cada vez más. Lo último que había notado era la tarjeta de contacto. Pero también puede que sea que yo sea la atrasada en el tema.

Tomo el vaso y me dirijo a la máquina para poder preparar el café. Pero me devuelvo dando una sonría.

—¿Cuál es su nombre?— preguntó sonriendo

—Jae..

Le sonrió y anotó su nombre en el vaso, voy a la máquina y presiono uno de los botones para que saliera el café, pero al parecer se atoró algo.

—Ehhh....no es nada— miro al chico, mientras rio nerviosa. —Se arregla de inmediato— volví a hacer presión sobre el botón, hasta que finalmente salió el líquido, doy un grito internamente al observar que logre servirlo.

—Disculpa, soy nueva— le digo mientras me acerco a él y le entrego su café.

Recuerdo lo que Hoseok me había dicho que tratara de ser amable con los clientes, que tratara de sonreírles la mayor parte del tiempo.

Amor o ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora