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Narra Ninah

Hoy fue otro día más como los anteriores. Cumplo otro día más encerrada en un lugar, un día más sin poder hacer nada. Lo único qué hecho es ver la vista que tiene el apartamento, es muy bonito ver el atardecer desde acá, me gusta ver el contraste de colores y ver cómo cada luz se va encendiendo.

A la hora del almuerzo me hice algo pequeño,
Primero no me gusta tomar cosas sin permiso y segundo tampoco estoy acostumbrada a comer tanto. Le dejé algo a PJ por si le daba hambre, pero lo más seguro es que lo rechace, así como lo hizo con el desayuno.

Desde esa hora no lo he visto, se encerró en su estudio y no ha salido, incluso dudo que aún esté ahí, tal vez salió estando yo observando la vista de la ciudad.

En este momento me encontró en mi cuarto pensando en todo lo que ha pasado. Pienso en mis padres, en los sueños que he tenido últimamente y en la aparición de PJ en mi vida.

En este momento me acuerdo de que mañana es la comida con su familia. Muerdo mi labio inferior pensando si salir o no, pero finalmente salgo de la habitación y a pasos lentos me acerco a su habitación, respiro y doy unos leves toques esperando a escuchar su voz o a que me abra.

—Dime— dice al abrir la puerta.

—Te quiero...hacer una pregunta.

—No tengo tiempo, ahora tengo que salir— dice mientras sale de la habitación.

—Es una pequeña pregunta— hablo tímidamente.

—Bien, dime— dice mientras se cruza de brazos al pie de las escaleras.

—Bueno, ya que mañana iremos donde tus padres... ¿Puedo salir a comprar ropa?

Observo cómo me escanea completamente, siendo como si sus ojos fueran de la punta de mi cabeza a la punta de mis pies.

—No, está bien así— dice mientras baja las escaleras

—Pero...

—Dejaré las puertas con llave, para que no puedas salir. Recuerda que te tengo vigilada.

Cuando vi salir a PJ por la puerta principal, respire profundo dándome por vencidas. Comencé a bajar las escaleras y voy a la piscina, cuando llego me siento en el borde de esta y meto mis pies a ella.

Mientras mis pies juegan con el agua, pienso en cómo una persona podía ser tan amable y de un día para otro cambiar a una personalidad tan fría.Creí que esto solo pasaba en las novelas o en las películas, pero al parecer también pasa en la vida real.

Juego un poco con el agua, meto mi mano y salpicando pequeñas gotas aguas, logro hacer una pequeña honda que se esparce por toda la piscina, hice otro, sin embargo, una llamada a mi celular impide que pueda ver la honda. Lo tomo sin muchas ganas y cuando miro el número en la pantalla me alegro.

Si bien PJ me había prohibido hablar con ellos, no fui capaz de hacerlo, así que le dejé mi número por si llegasen a necesitar algo. Por ello preferí no guardar el número, por si llegasen a llamar estando el presente decir que es un desconocido.

—Ninah..

Ella suena asustada y eso logró despertar preocupación en mi.

—Omma ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

—Es tu padre...estamos camino al hospital.

—Pero...ayer estaba muy bien...

—No sabemos qué le ocurre; la enfermera dijo que era mejor que lo atendieran allá.

Amor o ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora