14

535 54 12
                                    

Narra Jungkook

Hoy la fiesta con mis amigos duró más de lo planeado, casi que no me dejan ir. Suelen ser muy pocas las veces las que vengo a Seúl, si no estoy en Daegu estoy en Busan visitando a mis padres. Así que cuando vengo es inflatable reunirme con ellos.

Desde que iniciáis la universidad somos muy unidos, así que es obligatorio que cada vez que yo venga o ellos vayan debemos vernos. 

Me encuentro de regreso al hotel que me estoy quedando, los chicos insistieron que me podía quedar en sus casa pero la verdad no quería molestar, más porque en unas horas tendré que volver a Daegu.

Mientras manejo canto algunas canciones, cuando comienza Stay observo a una chica caminando por las oscuras calles de la ciudad.

Detengo mi auto y dudo si en bajar o no, pero finalmente me arriesgo.

—Oye, ¿Estás bien? 

Ella asiente sin voltear a verme y sigue  su caminando con su cabeza baja.

—Hey, espera— digo mientras me paro frente a ella deteniendo sus pasos.

—Disculpe señor, estoy apurada— pasa a mi lado para seguir con su camino.

—Espera— tomo su brazo con delicadeza —es muy tarde para que estés sola en la calle.

—Señor, en serio estoy apurada— se suelta de mi agarre para seguir con su camino.

Decido volver a interferir en su camino. —Te llevaré a donde sea.

Ella alza su mirada y puedo observar que esos  ojos color cafés hay tristeza y temor. Son unos ojos muy bellos para que tenga esa mirada tan triste.

—No te haré nada malo, solo quiero ayudarte. Por más que Seúl sea seguro, no es bueno que estés sola a esta hora.

Ella guarda silencio unos segundo hasta finalmente responde —No quiero molestar— dice en un susurro.

—No es molestia, ven, vamos— me doy la vuelta y camino hacia el carro —¿Viene señorita?— digo mientras abro la puerta del carro.

Ella asiente y a pasos lentos se acerca a mí, cuando entra cierro la puerta y me dirijo rápidamente a mi lado  para arrancar el carro.

—¿A dónde debo llevarla?

—Hospital central.

—¿Pensabas caminar hasta allá?— preguntó asombrado.

Ella asiente—No tengo dinero, así que es la única opción— habla tan bajo que casi ni logro escucharla.

Nos dirigimos hacia el hospital que me dijo. Ella no habla, mantiene su cabeza baja, por mi parte quiero hablar, pero prefiero guardar silencio, se ve que la está pasando duro.

Después de unos minutos me detengo frente al hospital pero ella parece tan metida en sus pensamientos que no se da cuenta.

—Llegamos, señorita— digo en un tono tranquilo.

Ella alza su mirada y mira ve hacia la ventana, por unos segundo se queda de mirando el edificio del frente. —Muchas gracias, señor— cuando estoy por salir del carro, me detiene.

Cuando está a punto de bajar la detengo —¿Necesita compañía?

—No, muchas gracias— dice haciendo una pequeña reverencia.

—Espera— le entregó una pequeña tarjeta donde se encuentra mis datos personales —si necesitas algo no dudes en llamarme.

Ella asiente y entera al hospital, por mi parte entro al carro para retomar mi camino, pero decido estacionar a un lado y entrar al hospital.

Amor o ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora