Epilogo

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Narra Jimin

—Mi bebé, yo voy, yo voy— digo al sentir los llantos de Jeosang, el cual invadió toda la habitación, incluso podría decir la casa.

Me separo de mi esposa y me pongo de pie. No me importa lo frío que esté el piso, voy a la cuna de mi pequeño que está ubicada centímetros de nuestra cama.

Con los ojos abiertos, pero algo cerrados por él sueño, me acerco a la cuna, me inclino para tomar a mi bebé que no cesa su llanto.

— ¿Qué pasa, qué pasa?— lo pongo contra mi pecho y lo meno un poco para calmar su llanto. — Jeosang, appa está aquí, no llores más.

—Debe tener hambre— dice Ninah  sentándose en la cama. —Ya se había tardado en llorar.

Camino a la cama para así dárselo —me gustaría poder darle de comer sin tener que despertarte— digo en tono triste,

Ninah ríe en un tono bajo mientras me ve. —Eso fue tierno, pero aún es muy pequeño, prefiero darle pecho que tetero— dice mientras tallas sus ojos.

—Lo siento bebé— camino a ella, —pero no tengo pechos, así que no puedo alimentarte.

Mi esposa vuelve a reír.

El pequeño vuelve a llorar cuando lo dejo en brazos de su madre, aunque dejo de llorar cuando su madre le dio pecho.

Sonrío —solo míralo, está tan hambriento.

—Así es— también sonríe.

Tomo su mano mirándola por un momento a los ojos. Mi pequeño solo tiene tres meses, pero desde que llegó a nuestras vidas no puedo describir la felicidad que siento. Por primera vez estoy viviendo lo que es ser padre de un recién nacido.

No es nada como con Jin-Young que quiere jugar a los carritos. Me siento completo, nunca pensé que me sentiría así, pero con Jin-Young y ahora con Jeosang me siento el hombre más feliz de la tierra.

—¿Qué sucede?

Miro a mi pequeño —aún no creo que este pequeño es nuestro hijo, es mío y tuyo.

Ella sonríe con ternura.

—Nueve largos meses y ya está aquí wow.

—A pesar de que tuve a Jin-Young, me sigue sorprendiendo como a ti, aún me es impresionante como algo puede ser tan perfecto. Es lindo dar vida a un ser humano, cabe aclarar que el proceso no es muy lindo.

Alzo mis cejas —¿No te gusto cuando fabricamos a Jeosang?

Ella ríe en un tono bajo —tonto, hablo de todo el proceso del embarazo, los síntomas, el cansancio, lo doloroso que es el parto. Eso no es nada lindo, pero al final de cuentas al tenerlo aquí— lleva sus ojos al bebé —hace que todo valga la pena.

Asiento —te diría que te entiendo, pero yo no pase por eso— acaricio su mano. —Déjame ayudarte con él, tú tuviste que aguantar nueve meses y el parto, ahora déjame cuidar de él.

—Has hecho eso en estos tres meses, mi amor.

Sonrió al escucharla hablarla así.

—He descansado bastante, estás atrasado con tu sueño, casi no duermes estando pendiente de todo.

—Pronto regresaré a trabajar, quiero cuidarlo y ya de pasada convivo con él— hago un leve puchero

Ninah aleja a Jeosang de su pecho izquierdo, bajó su su sostén, así como su camisa y limpio sus pequeños labios.

Antes de hacer el siguiente movimiento, tomó al pequeño en mis brazos—duerme— le digo llevando al pequeño contra mi pecho.

Voy al sofá que tenemos dentro de la habitación. Doy pequeñas palmaditas en su espalda para que bote los gases que tenga. Después de unos minutos lo alejo un poco y observo que está dormido.

Amor o ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora