34

583 60 7
                                    

Narra Ninah

Me levanto y me dirijo al baño para poder hacer mi rutina, me doy un baño rápido y me pongo la misma ropa con que llegue. La otra que me prestaron para dormir la doblo dejándola a un lado de la cama que ya está tendida.

Escucho unos pequeños llantos que no se detiene, así que decido pararme a ver. Salgo de la habitación y trato de oír de dónde provienen, al encontrarlo camino hacia este y con cuidado abro la puerta y me encuentro a un pequeño sentado en la cuna, con cuidado me acerco a él y este me extiende sus brazos, con cuidado lo tomo logrando que su llanto cese automáticamente.

Nos dirigimos al primer piso y me siento con él en una soba de juegos a jugar un poco. Él toma algunos juguetes y los mueve lentamente, mientras balbucea una que otra cosa.

Después de unos minutos se detiene y observo cómo hace un leve puchero para comenzar a llorar.

—Yo también tengo hambre, pero no es mi casa, así que toca esperar un poco— digo mostrándole algunos juguetes.

—Esta es tu casa, puedes tomar lo que quieras— escucho la voz de la esposa de Yoongi.

Esta me da una sonrisa mientras se agacha a tomar al pequeño. Él se alegra al verla y pone sus manitos en sus mejillas, mientras que la peli negra deja besos por su cara logrando que él ría.

—¿Quieres comer algo?

Yo asiento levemente, la verdad me muero de hambre.

Me levanto del suelo y la acompaño a la cocina. Viendo lo amplia y luminosa que es.

—Sabes tu hermano es de admirar, se esforzó mucho para llegas hasta donde está hoy en día. Está claro que no quiera que lo que hizo está mal.

—Pero recuerdo lo estudioso que era, siempre acaba las mejores notas. Yo no era tan buena, así que un día le pedí ayuda para un examen, recuerdo lo nerviosa que estaba.

Ella sigue contando todo sobre cómo se conocieron y cómo llegó a tener la empresa que hoy día tiene. Debo decir que me alegro por él, pero eso no quita el hecho que desapareciera y nos abandonara por tantos años.

—Buen provecho, espero que te guste.

—Gracias...

Ambas comemos en tranquilidad, el poco ruido que se escucha es el del bebé cuando pide que le den más. Por otro lado en ningún momento el pelinegro apareció, por lo que me decido preguntar por él.

—¿Dónde está...?

No sé cómo llamarlo. Creo que es muy pronto para decirle oppa, recuerdo que siempre lo llame así, nunca pude decir bien su nombre, así que opaa se me facilito.

—¿Yoongi?

—Si— digo mientras tomo un poco de mi jugo.

Ella sonríe levemente —fue a buscar a su mejor amigo, hace poco abrió un café acá, así que viene a ver que todo esté en orden.

Yo asiento levemente mientras termino de comer mi desayuno. Está muy rico, los huevos y tostadas siempre van bien.

Ella me pregunta algunas cosas sobre mí, sobre, de lo que me gusta  y no me gusta hacer, así como lo gustaría hacer en un futuro. A eso último no le pude dar respuesta, por suerte en eso escuchamos unas voces en la sala, por lo que suponemos que ya llegaron.

—Yo iré a recibirlos, tú termina de comer tranquila.

Ella se retira y yo me quedo terminado mi desayuno, esto está delicioso y no pienso perderlo. Recuerdo que mi mamá siempre me decía, nunca botes la comida y bueno como botarla, siempre luchábamos para tener algo sobre la mesa.

Amor o ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora