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Narra Jimin

Estamos finalizando noviembre y en esta época es en donde muchas veces se cierran negocios porque cuando llegue diciembre todo se hará más difícil, así que hay que aprovecha los negocios que salgan.

—Si me da la posibilidad, yo podría ir, me siento en la capacidad de cerrar ese negocio— comenta el pelinegro.

—En estos casos es preferible que el CEO o el gerente se dirija a hablar directamente con los inversionistas y más aún sabiendo que el señor Fujimoto es una persona que tiene su carácter.

—Tiene toda la razón en eso— comenta el menor mirando el iPad.

—Necesito que compres dos boletos a Tokio, viajaré mañana entre más rápido sea esto mejor.

—¿Entonces pretende que lo acompañe?

Niego—Me temo que ir a Tokio por lo menos  me tomará unos días ahí, por lo que es preferible que te quedes por el bien de la empresa, eres la mano derecha de Taehyung y de Min, tienes que quedarte a cargo mientras ellos ni yo este.

—Pero necesita ayuda ¿Irá con el señor Min? El está de vacaciones.

Niego—Ninah es mi secretaria, ¿no? Ella deberá ir conmigo.

EunWoo cambio su expresión, es una de asombro y confusión —no creo que eso sea posible señor Park— dice haciendo una mueca.

—¿Por qué?— lo miro confundido mientras me siento en mi escritorio.

—Ninah tiene...un hijo y es muy pequeño, dudo que pueda viajar así nada más. Ella es madre soltera, por esa razón ella trabajaba desde casa, para cuidar a su hijo.

Se me apretó el pecho al escuchar las palabras del pelinegro. ¿Cómo que Ninah tiene un hijo? Tomé un vaso de agua que tenía frente a mi computadora y la bebí de un solo sorbo.

—¿Tiene un hijo?— titubee haciéndome el desentendido.

—Si, es un pequeño de tres años, por ese motivo no creo que ella pueda ir con usted —dice EunWoo.

—¿Sabes como se llama?— carraspee mi garganta. Trato de sonar interesado, pero de alguna manera quiero saberlo, quiero saber más de aquel pequeño. No me importa si el tema del viaje pasara a segundo plano.

—¿Quién, el pequeño?

Asentí

—Min Jin-Young.

—¿Y el padre?

El guarda silenció por unos segundo —no le sé señor, creo que él nunca quiso responder por él. ¿Por qué la pregunta?

—No es nada, de todas formas hablaré con Ninah— tragué seco

—Si desea puedo hablar con ella o que su...— este guarda silencio.

—¿O qué?— preguntó esperando a que siga con sus palabras.

—Ninah suele ser muy difícil, cuando no le gusta algo suele ser muy terca, por eso si quiere yo puedo hablar con ella.

—¿Se conocen hace mucho?

Este asiente —desde niños, cuando vivía en Seúl solíamos jugar juntos todo el tiempo.

—¿Y por qué ella está acá?

Quiero saber si sabe lo que paso entre nosotros, pero que me haya contado de que tiene un hijo me hace saber que no.

—Después de la muerte de sus padres quedo muy afectada, no quería estar más en ese lugar, así que vino a Daegu.

Yo asiento levemente —no te preocupes, yo hablare con ella.

Amor o ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora