11

544 51 13
                                    

Narra Ninah

Me arme de valor y comencé a bajar las escaleras, vi como estaba en el sofá viendo hacia el televisor, va pasando el contenido hasta que pone algo. Doy un pesado suspiro y me acerco hacia donde está.

—PJ— hable bajo con temps a que estuviera molesto por interrumpirlo.

—Dime— responde sin apartar su vista del televisor.

—¿Podrías acompañarme al hospital?

—¿A ver a tu madre?

—Le dan el alta el día de hoy y no tengo a nadie que pueda ir por ella.

—Te dije que no puedes tener contactos con tus padres.

—Lo sé, pero es sólo por esta vez. Además necesito darles una explicación por la cual no estaré ni me podré comunicar con ellos por un tiempo.

—¿Les dirás lo del secuestro?— comenta riendo.

—No, claro que no— alzó mi cabeza y acomodó sutilmente mi cabello. —Sólo quiero ir a retirar a mi madre, buscar algo de ropa y darles una explicación.

—Aquí tienes suficiente ropa— dice volteándome los ojos.

—No es lo mismo. A demás, solo tengo dos mudas de ropa— Siento su mirada sobre mi y trago grueso.

Él me mira con una mirada profunda y molesta—¿Crees  que con tu comportamiento mereces ir?

Yo en el desespero por lograr que me deje ir por mi madre me arrodilló en frente a él.

—¿Qué haces?

—Por favor, déjame ir— junto mis dos manos manos y las nuevos mientras suplico.

—¡Levantate, niña!— la jalé del antebrazo —No seas ridícula— me levanta jalando fuertemente mi brazo.

—Prometo hacer lo que sea lo que me pidas, si me dejas ir donde mis padres. Realmente necesito verlos—digo mientras siento como mis lágrimas caen.

—Aish....bien, pero solo tienes dos horas. Ni un minuto más.

—Gracias— hago una pequeña reverencia —iré por mis cosas—me alejo de él y subí rápidamente las escaleras para así ir por mi bolso y los medicamentos de mi madre.

Salgo sonriendo de la habitación sabiendo que voy a ver a mi madre y más que le daré los medicamentos para si tratamiento. Cuando estoy en el primer piso escucho la voz del rubio.

—¡Apresúrate!—dio un grito.

—Estoy lista— digo con una gran sonrisa cuando llego a su lado.

Él se me queda mirando un buen rato como si me estuviera analizando. Frunzo mi ceño al verlo de esa manera.

—¿Pasa algo?

—No, nada, vamos— dice caminando hacia el carro.

Entramos al auto y el enseguida inicia  con el recorrido, hay un silencio a pesar de que la música esté sonando muy bajo. Mi vista fue hacia la ventada en donde aprecié el paisaje.

No puedo negar que Corea, tiene paisajes muy lindos, hacen que te enamores fácilmente de estos y aún más si llegas a saber de su historia.

•⁃•⁃•⁃•⁃•⁃

No sé en qué punto del viaje me dormí, solo se que cuando desperté ya estamos en Seúl. Cuando veo que estamos en la esquina del hospital trago grueso para avisarle a PJ.

—PJ— lo llamo en un susurro.

—¿Sí?

—Me puedes dejar acá...

Amor o ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora