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Narra Jimin

En mi cabeza todavía se repite esa conversación. Recuerdo que ese día llore como nunca antes lo había hecho, sé que le hice mucho daño a Ninah y lo más probable es que piense que le haga daño a mi hijo. Pero no sería capaz de hacerlo. No le haría daño a mi hijo, lo protegería de cualquiera.

Flashback

Al mencionar el nombre de mi hijo, el rostro Ninah transformó en uno bastante serio, este parece transmitir un poco más de miedo, y sus ojos reflejan un ardor como si quisiera estrangularme.

—¿Sabes?, no tengo suficiente tiempo para estar escuchando este tipo de cosas porque no sé de qué estás hablando.

Se levantó del sofá y comenzó caminar, pero fui más rápido y me interpuse en su camino para evitar que se fuera.

—De nuestro hijo Ninah, es de eso que estoy hablando— tomé su antebrazo.

—¿Pero de qué estás hablando? Yo no tengo un hijo ni menos contigo.

—¿En serio lo negarás?

—Eso a ti no te incumbe.

—Claro que si Ninah, ¿Hasta cuando seguirás fingiendo dime? ¡Hasta cuando!

—¡Basta! Yo no estoy fingiendo absolutamente nada, si tú crees que lo estás haciendo es tú
problema no el mío.

—No seas mentirosa Ninah, deja de fingir que no me conoces y que no tenemos un pasado juntos.

Vi como una lágrima comenzó a caer por sus mejillas, no me había dado cuanta ni en qué
momento sus ojos se habían tornado llorosos. Me siento culpable, la estoy haciendo llorar, esa no era mi intención, pero como no si esta situación le afectaba.

Nos quedamos en silencio por unos largos segundos, quien sabe cuánto,  solo analizábamos
que es lo que piensa el otro.

Después de un tiempo ella se suelta de mi agarre. Se acerca un poco más a mí, lo que me da un poco más de nervios, se me quedó viendo por unos segundos más, me da una mirada que no logro descifrar.

—Solo quiero hablar por favor, como los dos adultos que somos.

—¿Y por qué deberíamos?

—Lo necesito Ninah, te lo suplico.

—Eso debiste haberlo pensado antes, ¿No crees?

—Tienes toda la razón, pero no sabía, no sabía que pasaría esto, estoy muy arrepentido.

—¿Tú? ¿Arrepentido?

Sus palabras habían sido sarcásticas.

—Solo escúchame lo que tengo para decirte.

Sé que quizás ella no tiene el deber de escucharme debido a todo el rencor que debe tener hacia mí. Sin decir, absolutamente nada volvió a tomar asiento en el sofá lo que me indicó que me daría una oportunidad para escucharme.

Me senté en el sillón frente a ella para poder hablar mejor. No sé por dónde empezar, pero ruego que las palabras que salgan de mi boca broten por si solas.

—¿Me creerás que estoy muriendo por dentro?

Ella solo parpadeaba en silencio, paso mis manos por mi pantalón para deshacerme del sudor de mis manos.

—Perdóname Ninah, por favor, perdóname, me equivoqué.

Me quedé en silencio. ¿En serio había dicho solamente eso? Bravo Jimin, Bravo. Ash, a veces podía odiar tanto mi inconsciente cuando me comenzaba a reprochar cosas.

Amor o ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora