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Narra Jimin

Termine de arreglarme y salí de la habitación, me asomé al pie y la vi en el comedor con sus cosas. Hace unos días me había pedido algo para distraerse, así que le pedí los nombres y se los compré, a ver si así me deja de fastidiar.

Baje las escaleras y me quede en uno de los primeros escalones, abrí mi boca y la volví a cerrar, aclare mi garganta y baje el último escalón para acercarme hacia las pequeñas escaleras que dan hacia la sala.

—Ninah, debo ir a trabajar, recuerda no hacer nada, te tengo vigilada..

—Jimin... ya sé que no puedo ver a mis padres, ni ir a la universidad, ¿Pero de casualidad puedo volver a trabajar?

—Sabes que no.

—Pero debo cubrir los gastos en mi casa, son muchos y...

—¡Ya que dije que yo me haré cargo!— digo desesperado. Llevo mi mano al puente de la nariz y cierra los ojos respirando profundo.

—Me debo ir— me doy la vuelta y camino hacia el asesor.

Hoy tengo varias reuniones por fuera de la empresa, así que si quiero llegar a tiempo debe salir antes, y más porque uno de estos es el más importante.

Al estar en el auto, salgo del estacionamiento viendo las calles algo solas, hay gente pero no  tan llenas como otros días. Los pocos que están caminan bien abrigados y algunos bajo paraguas cubriéndose de la nieve.

—¿En que fecha estando que ya está nevando?

Me detengo debajo del semáforo, viendo  a las personas que esperan en la acera. Veo que una chica de vientre abultado sonríe y mueve su mano, miro hacia el otro lado viendo a un chico haciendo la misma acción, el cruza rápido y al estar frente a ella la besa llevando sus manos a su vientre.

—Exagerados— piso el acelerador apenas el semáforo cambia a verde.

Manejo por uno diez minutos más hasta que llego a la empresa, estaciono frente al edificio y me bajo viendo que todo está solo incluso la recepción. Camino sin darle mucha importancia, pero si será algo que tendré en cuenta. Eso no puede volver a pasar.

Llego a mi oficina notando que Bo-mi tampoco está, esto si ya es el colmo. Tomo el teléfono y marco su número. Tres repiques se escucha y después una respiración.

—¿Se puede saber dónde carajos estás? Sin las diez de la mañana, debes estar en la oficina hace horas.

—Es veinticuatro de diciembre Jimin, tu padre nos dio vacaciones. Canceló todo lo que la empresa tenías programado.

Guardo silencio al escuchar aquello, miro mi reloj viendo la fecha. Como no me había dado cuenta de la fecha.

—Me voy en unas horas, por qué no vienes y ...

Cuelgo la llamada y me siento en la silla, cubro mi cara recostándome hacia atrás. He estado tan concentrado en lograr todo lo planeado que no me di cuenta de la fecha.

Salgo de la oficina a y entro a mi auto, acelero lo que más puedo y giro en u para así dirigirme al hotel.

•⁃•⁃•⁃•⁃•⁃

—Un whisky doble.

El mesero asiente y se mueve por la barra preparando la bebida, recuesto mi espalda en la silla y saco mi teléfono viendo algunos mensajes. En el grupo de los chicos hablan de que lo pasarán con sus familias, incluso viajarán a sus ciudades natales.

—Acá tiene— dice colocando la bebida junto con una pequeña tabla de quesos.

Tomo el vaso tomando el líquido amarillo completo, lo dejo en la mesa y hago una seña para que prepare otro. 

Amor o ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora