19. Nuestra noche.

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Oye tú 😠. Gracias 🥰 por los 10k de lecturas 😭 ✌️

A los tiempos que actualizo. Darle amor a este capítulo ❤️.

Nuestras manos estaban entrelazadas, sus dedos bien agarrados de los míos. El contratante de nuestros tonos de piel era muy evidente, me gusta mucho esta diferencia.

También miro sus pies, caminando de puntillas para no hacer ruido, no era necesario ser cautelosa, yo avisaría si alguien estuviera cerca de nosotros, pero no lo diría lo que podía hacer, porque había algo en sus pies que me mantenían distraído.

— ¿Estás segura de que puedo dormir en tu alcoba? Nunca lo he hecho...

Lo sé, tantos años de conocernos y de estar juntos, y que ella sí ha dormido en mi cama, pero... Ya saben, soy un cobarde, no había tenido la valentía de pedírselo.

Pero Isis era la valiente, la que siempre daba el primer paso.

— Para todo hay una primera vez — me miró de reojo y me dio una sonrisa de lado. Suspiré.

— ¿Y tus padres? ¿Klaus...? ¿La servidumbre?

— No debes preocuparte de nada, no te invitaría si estuviéramos en futuros problemas. Esta es nuestra noche.

Nuestra noche. ¿Qué tanto podíamos hacer en una noche para que sea nuestra?

— Tu madre sigue en ese palacio ¿cierto? — Ella emitió un sonido de afirmación — ¿Cuándo llegará?

— En tres soles, debe estar para el baile de la cosecha.

— ¿Baile de la cosecha? — ¿Hace cuánto no hay un baile en el reino? Hacía dos años, ¿y este de que iba? Me desconcertaba no saber de las festividades del reino.

— Sí, es un baile muy especial; varias mariposas campesinas rosearán su fertilizante natural sobre el reino, así nos traerá una cosecha más abundante y orgánica, la tierra se está deteriorando, ellas nos ayudan a mantener la tierra mil veces más ricas que la común.

¿Mil veces más? Eso se significa que toda tierra donde el hada viva, será más rica en nutrientes y en todo, de por sí ellas son la naturaleza, este baile incrementaría a la población de flora, la enriquecería. Por lo tanto, mamá podrá vender sus semillas y nuevas creaciones de plantas.

— Entiendo.

— Apresurémonos. Quiero hacerte una propuesta — levantó las cejas y me tentó.

Mmmm propuesta. Kirnan saboreó las palabras en mi oído.

— ¿Nos vamos a casar o algo así? — mi sangre se volvió fuego bajo mi piel — ¡Aún no tengo un anillo digno para tu bonita mano, princesa!

Dije en broma, pero no tan broma.

Ella se detuvo abruptamente, se dio media vuelta y me brindó la imagen de un rostro iluminado de la alegría.

— ¿Piensas casarte, Bastian Lorentte? — me miró con ojos sospechosos, sin dejar de sonreír.

— Sí. Algún día me casaré — fingí no darle importancia, sacudiendo mi pantalón.

Debería parar de decir cosas prohibidas, mamá y yo habíamos llegado a un acuerdo. Isis no debe saber nada del vínculo.

— ¿Ah sí? ¿Y con quién lo tienes planeado? Si se puede saber.

Mirándola desde la corta distancia, mi mente empezaba a vestirla frente a mí con un hermoso vestido de pétalos rosas celestes, su cabello recogido y decorado con joyas; y una enorme piedra en su dedo anular mientras la contemplaba en nuestra ceremonia de unión.

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