Entrenar era lo único que ocupaba mi mente. No hablaba con mis compañeros. No pensaba en nada. Solo tenía un enfoque. Liberar tensión. Proteger el límite. Correr. Cazar.
Proteger.
Pelear.
Estar precavido.
Llegar a casa a comer, entrenar, descansar. Mi rutina de la última semana. Estaba lleno de rabia y el ejercicio era mi mejor amigo. Mamá lo entendía, así que por primera vez no intervenía. No estaba dispuesto a entablar una conversación con absolutamente nadie.
No había tiempo para distracciones; tampoco para hadas mentirosas.
Viví en el bosque los tres primeros días. Pero mi madre me buscó y convenció con una tarta de carne. Lo mejor de todo esta pequeña depresión, es que ya trabajaba para el reino y pronto recibiría monedas, una manera de pagar y ayudar con los gastos.
La semana se sintió eterna. Sin embargo, ayer en la noche sentí que el tiempo se multiplicaba a cien y sin mirar atrás.
Isis vino a mi casa.
Después de una semana ella vino a verme. Una semana después...
Wow. Yo solo... no sé. Sentí que era lo suficientemente importante para buscarme de inmediato. Porque yo lo haría. Era mi turno estar enojado y con todo derecho. Pensé que me buscaría al día siguiente.
Aunque, esta vez me sentí distinto.
No mentiré en esto, pero por primera vez no deseé verla. Nunca me había sentido así: indiferente y ocupado respecto a ella. Como sabrán, esta no era la primera vez que Isis me hería. Esta vez es diferente. Es el comienzo de algo.
Era decepción total.
* * * *
La noche de ayer.
La sentí llegar.
Tomaba una ducha después de haber custodiado el límite del norte desde la madrugada. Aun así, mi energía estaba al tope. Y después de escuchar su delicada voz cordial, Kirnan ya estaba aullando.
¿Pero yo? Mi parte humana sonrió amargamente. Una semana. Una puta y mísera semana para verme. Decir que estaba cabreado era poco; era una mezcla de excitación e ira lo que sentía.
Me traicionó y me dio la jodida espalda. Me sentí humillado y esperó siete días para verme.
Pues es sencillo, no voy a verla. No lo merece. No merece ni un jodido segundo de mi maldito tiempo. No cuando ella no se empeña a darme 10 segundos en una puta explicación de lo que ocurre.
He ido en contra de mi instinto estos días. Soporté al idiota de Kirnan para no verla. Me he esforzado todo este tiempo para merecerla y ahora veo que nunca fue suficiente. Sus mentiras y su disposición a tomarle la palabra a su madre.
Ella no me dice nada. Y eso duele. Porque sentí que era el único quien luchaba por estar juntos.
— Bia — ella susurró con voz temblorosa. Me quedé en la tina de baño, esperando —, me alegro verte de nuevo. Sé que es difícil verme después de... — estaba seguro de que iba a llorar. Escuché los movimientos de mi madre en la cual ella lo envolvía en un abrazo —. Perdón, Bia. Por todo lo que sucedió — esta vez su voz se rompió. Me sumergí bajo el agua para bloquear el sonido de su voz; no funcionó — ¿Se encuentra Bastian? ¿Puedo hablar con él?
Mi corazón se detuvo. Le dije a mi madre lo que tenía que decir en caso de que vengan a buscarme: que estaba cazando en el bosque. Sin embargo, temí que mi madre le mintiera porque sabía que Isis iría a buscarme y... no soy tan fuerte para ignorar el hecho de que ella estaría sola y desprotegida en las profundidades.
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Encantado
WerewolfElla... Isis. Mi pequeña hada me tiene completamente hechizado. Ella ha sido mi mejor amiga de toda la vida, la he amado desde el primer momento en que la sentí. Mi compañera. Mi hembra. Mi destinada. Mi Isis. Y me estoy esforzando para que lo nue...