21. El baile de miradas.

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— ¿Y tus papás no te dices nada por desaparecer por las noches? No me malentiendas, pero... si usas esas... — señalé sus piernas — Te debilitan, ¿por qué salir cuando todos duermen? No tienes miedo que dejen de funcionar, quedarte varada en un lugar desconocido y nadie pueda auxiliarte.

La linda Pam frunció los labios y después sonrió, se encogió de hombros y sonrió más grande. Sonreí.

— No sé, me gusta pasear por las noches cuando todos en mi hábitat duermen, al igual que aquí — miró a nuestro alrededor — Puedo sentir paz cuando estoy sola.

— Pero mencionaste que tenías muchos amigos y que siempre nadas por las masas de mar con ellos, entonces no sientes paz la mayoría del tiempo.

Pam miró hacia al frente, asintió con lentitud como si estuviera ignorándome, pero no lo hacía, ella no me ha ignorado desde que empezamos a hablar.

Es muy amable conmigo, y atenta, y muy habladora. Me gusta.

Puedo escucharla hablar de sus aventuras, siento un poco de envidia de no vivir bajo el agua y aventurarme en ellas.

— Nadie siente paz la mayoría del tiempo, las preocupaciones van y viene, hay muchas cosas a tu alrededor que dependen de ti, que toman tu atención y te llaman a que siempre estés pendiente en ellas.

Pam suspiró.

— No te entiendo.

— No importa — me miró y se movió para sentarse más cerca de mí, su rodilla tocó la mía.

Kirnan empezó a gruñir.

— Puedes contármelo — lo sonreí — Aunque suelo ser un tonto al escuchar, me distraigo fácilmente.

Puedo sentir a Isis, su sudor... ella sigue bailando con ese bicho; no ha venido a buscarnos desde que nos alejamos.

Ella vendrá.

¡Regresa a ella o tomaré el control!

— Ahora siento paz contigo. Tienes una energía muy bonita, Bastian.

Pam poseía un brillo en sus ojos, un color ambarino, le sentaba bien con su cabello rojo, lacio y largo.

Isis tiene un cabello precioso; sabes como son sus rizos y color, el de esta hembra es un rojo común, nuestra Isis es un rojo original. Ni hablar de sus ojos.

Lo sé, nuestra Isis es tan hermosa. Pero no comparemos, ella está siendo muy dulce con nosotros

Como si me escuchara.

Volví mi atención a Pam, ella seguía hablándome, entusiasmada y moviendo sus manos por los aires porque le emocionaba hablar sobre su estanque en el reino, donde suele ir a nadar.

Y curiosamente, este estanque queda cerca de las cascadas moradas.

— ... tú vieras como los corales cantas en sincronía con mi voz, deberías escucharme, mi madre dice que puedo hipnotizar a cualquiera que se cruce por allí.

La seducción por el canto me parece un arma muy poderosa.

— Con gusto me gustaría escucharte — le di una pequeña sonrisa de boca cerrada.

Ella dio saltitos sobre el asiento, aplaudiendo.

— Quien sabe... ¿te imaginas que te seduzca? Tal vez así te puedo convencer a visitar mi arrecife.

Me removí incómodo en mi puesto. Solo podría visitar su hogar bajo la laguna si tan solo nos besáramos, es así como un lobo podría nadar en las profundidades; eso me dijo ella.

EncantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora