20. El inicio del baile.

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Primera parte del baile:

Suspiros graves viajaban de mi pecho hasta mi boca, mi aliento chocaba contra la nuca de mi Isis.

Sonreí sobre su tierna piel y dejé un pequeño beso en su hombro, Isis apretó con sus manos mis brazos que encarcelaban su cintura, sus dedos trazando líneas sobre mi piel me excitaba. Pegué más fuerte mi pecho sobre sus alas cubierta por esa maravillosa tela, yo cubriéndola por completo, protegiéndola y encerrándola con mi cuerpo. Solo yo puedo mantenerla a salvo.

Bastian. Su novio.

Dormir con mi novia Isis era como abrazar una nube de algodón. Aunque no sé si las nubes se sentirían como algodón, mejor aún, si son suavecitas y calientitas como ella.

Qué importa. Dormir con ella es dormir prolongadamente sin despertarme en algún momento por la noche como suelo hacerlo.

— Buenos días — susurré sobre su cuello antes de morder con suavidad y jalar su piel entre mis colmillos. Delicioso.

Mira como su olor cambia; nos desea.

— Recordar que ahora eres mío en todos los sentidos y despertar entre tus brazos, se siente diferente — murmuró adormilada, ella estaba sonriendo y mi ahora buen humor empujó mi pereza y me animó a besarla.

— Sí — empecé besando sus hombros, dejando un camino de besos húmedos — Todo tuyo, Isis. Todo todito. — bajé hasta la parte superior de su espalda, sonreí al ver como su piel se erizaba — Tan preciosa, debo cazar algo para ti. Recolectar algunos frutos tal vez... — bostecé y me acurruqué más en su calor.

Mi cuerpo reaccionaba sin la ayuda de mi razón por la que mis caderas se estaban balanceando sobre su trasero.

Ambos nos quedamos quietos al darme cuenta de mi imprudencia.

— No. No hagas eso — rio y se giró para estar cara a cara — Debes ir a tu casa a desayunar, abrazar a tu mamá por mandar al Copichón e ir a los entrenamientos.

Hice un puchero, entrenar no suena nada motivador con mi hada tentadora tocándome a inicio de mañana.

— Una hora más. Deben ser... — miré hacia las ventanas, todavía seguía oscuro — no ha amanecido.

— No debes ser un irresponsable por mí — sus labios dejaron un pequeñísimo beso en la punta de mi nariz.

No pude evitar sonreír y suspirar por su muestra de afecto inofensiva.

— Mi pequeña novia se preocupa por mí, eso me hace muy feliz.

— Siempre me preocupo por ti — frunció el ceño y miró hacia mi pecho.

La has disgustado. Kirnan me gruñe.

— Lo sé — reí — Entiéndeme, que seas mi novia hace que todo tenga una nueva luz.

Isis hizo una mueca en sus labios, pero luego sonrió, más cariñosa.

— El príncipe Bastian — pegó su boca a la mía sin el propósito de besarme, ella sonrió sobre mi boca — ¿Me preocupo por ese palo apuntado mi muslo?

Oh Diosa Luna. Cerré los ojos, completamente abochornado, la solté y me senté mirando hacia el frente.

¡Maldita sea! Tierra trágame y escúpeme a mi casa.

— L-lo siento — peiné mi cabello hacia atrás. ¿Por qué debo despertar de esa forma siempre? Tengo que controlar mi cuerpo.

Isis no puede sentirse incómoda conmigo. Pero... esta cosa, miré mi polla erecta debajo de mi pantalón, tiene vida propia y busca otro tipo de calor.

EncantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora