Estábamos dando vueltas, haciendo un círculo invisible debajo de nuestros pies. Ninguno de los dos se atrevía a dar el primer golpe. Mi respiración descontrolada era ruidosa, era como si mis pulmones no funcionaran correctamente.
El macho frente a mí había analizado todo mi cuerpo, posiblemente por buscar un punto por empezar; en cambio, ¿yo?, solo tenía en mente incrustar mis garras en su garganta y desgarrarla.
— Da el primer golpe, es lo que esperan.
Gruñí en respuesta, sentí mis hombros ensancharse.
— ¿No?
Gruñí más fuerte.
— Bien, empezaré el espectáculo por ti — su enorme cuerpo, lleno de músculos, se abalanzó contra mí.
¿Y qué creen? Era todo lo que estaba esperando para desatarme. Mis manos se pegaron en sus hombros, lo empujé con el impacto de mis hombros. El imbécil no cayó al suelo, es más, me empujó tan fuerte que yo caí de espaldas, me levanté rápidamente.
— Oh, vamos, macho — me llamó con sus dedos — Dame un golpe en la cara.
Rápidamente, mi puño viajó a su cara, pero él agarró mi muñeca e hizo girarla con mi brazo hasta doblarlo hasta mi espalda. No permití que él viera como dolió la llave, mi otro puño impactó en sus costillas, sacándole todo el aire.
Créanme. A mí me dolió más el golpe que a él. Y quejándome del dolor en mi interior, sentí un fuerte puño en mi pómulo derecho, mi cabeza giró hasta que mi cuello se dobló para atrás.
Otro golpe en mi cuello.
Otro golpe en mi mandíbula.
Y otro puto golpe en mi boca.
Lo admito, no lo vi venir, el golpe fue en extremo... fue demasiado veloz.
Aturdido y con una herida abierta en mi pómulo, sentí sangre deslizarse por mi mejilla, acaricié mi mandíbula adolorida. Mi cuerpo estaba perdiendo el equilibrio.
Las voces volvieron. Todos en el reino gritaban para alentar la pelea. Nunca los había visto así de eufóricos.
— Por favor, Bastian. Acaba con ese imbécil — la voz grave de Klaus llegó a mis oídos.
Es sorprendente como ahora el aroma de Isis se podía percibir, y eso era porque tenía miedo. Oh joder.
¿Solo necesitaba un golpe para despertarme? Porque he liberado todo el calor de mi cuerpo, y ahora Kirnan está presente.
— No he usado ni la mitad de mi fuerza y tú tampoco-
Le di un golpe en toda la nariz, esta crujió. Él gruñó y quiso defenderse de mi otro puño, pero no se defendió de la patada que le di en el muslo, quería el maldito hueso fémur roto.
El chico cayó en el cemento, de rodillas, en un golpe seco; mi pie pateó su pecho para que cayera. Dejé que Kirnan tomara el control por un momento, se subió sobre él y empezó a golpearlo.
— Diosa — él gruñó con sus ojos desorbitados, saliendo saliva de rabia por su boca. — ¡Agh! — su puño impactó en el costado de mi cintura.
Se me había ido el aire con ese golpe, y él creyó que, porque mi cuerpo se debilitó y casi cae sobre él, había ganado. Pues no. Era un animal salvaje, con mi cuerpo sobre el suyo, golpeando sus costados y rostro.
Él inútilmente trataba de defenderse, al inicio lo hizo muy bien, pero después de que destrocé su nariz, él comenzó a atacarme con sus garras, un intento fallido. Sus garras si alcanzaron a rasgar mi cuello, pero no a herirme en gravedad o debilitarme. Y aunque era honorable que él siguiera luchando, a mí me cabreó.
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Encantado
WerewolfElla... Isis. Mi pequeña hada me tiene completamente hechizado. Ella ha sido mi mejor amiga de toda la vida, la he amado desde el primer momento en que la sentí. Mi compañera. Mi hembra. Mi destinada. Mi Isis. Y me estoy esforzando para que lo nue...