Capítulo 23

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—Yo... No lo sé —respondo finalmente, tras pensarlo por unos instantes. —Comprendo que quieras protegerme, que no me quieras perder... Pero te has pasado, Nero —le digo en tono dolido, me duele mucho que haya hecho algo como eso, e incluso me repugna.

En respuesta, el chico agacha la cabeza, quien calla otorga, ¿no?

—Lo siento mucho, Kate. Tienes razón, no debí ser tan drástico —niego con la cabeza.

—El daño ya está hecho —espeto, y como no me apetece seguir con la conversación, me tumbo en la cama de lado, de manera que le doy la espalda al albino.

—Kate... —dice, en un suspiro.

—Nero, déjalo, haz el favor —respondo en tono cortante. —Estoy cansada, cabreada y me quiero dormir, ¿puedo?

Un suspiro pesado se escucha al tiempo en que la cama se hunde. Finalmente, el albino se ha rendido, y menos mal, porque realmente no estoy de humor. De verdad que comprendo su postura, pero no es necesario ser tan exagerado, y menos hacer algo tan rastrero como aliarse con esa persona que tan mal te cae solo para tenerme vigilada.

Poco tiempo después de aquello, el sueño termina por ganarme, demasiadas emociones en un solo día creo yo.

***

—Buenas tardes, chicas —saludo al entrar al trabajo.

—¡Kate! —Saluda Linda al verme entrar. —¿Todo bien con tu chico?

—Mejor dejemos el tema, por favor —le digo, ya que esa mañana no ha sido del todo agradable con Nero, ya que sigo enfadada con él y obviamente no hemos intercambiado muchas palabras que se diga, mucho menos besos.

La rubia me mira con algo de culpa en el rostro, así que me encojo de hombros, dispuesta a quitarle hierro al asunto:

—Tu tranquila, nos arreglaremos.

—Eso espero Kate, se os ve muy felices juntos. A propósito, Dante ha estado aquí esta mañana.

—¿Dante? Eso no es raro. Él suele venir aquí —respondo, no sabiendo muy bien qué quiere decirme Linda.

—Lo sería, de no ser porque no ha tomado lo de siempre —vale, aquello me deja un tanto descolocada.

—¿Qué ha tomado, entonces? —Inquiero, deseosa de saber qué pasa con el albino, aún habiendo jurado que no me importaba su vida.

—Whiskey. Ha estado toda la mañana tomando —abro los ojos como platos. Sé que a Dante le gusta la bebida, pero no sabía que hasta ese punto.

—Le gusta, puede ser eso —respondo, intentando buscarle una explicación, mas Linda niega con la cabeza.

—¿Toda la mañana? Kate, sabes tan bien como yo que eso no es normal —me dice, cruzándose de brazos.

Suelto un suspiro, la vida sólo me da problemas últimamente.

—Cuando acabe mi turno me pasaré por su agencia, creo que necesita que una mujer le espabile —medio reí, aunque en el fondo no me apetecía en absoluto ir a ver a Dante, y menos si estaba borracho.

Para mi desgracia el turno se pasó volando, tuvimos mucho trabajo, pero eso hizo que las horas pasaran rápido. Finalmente, cuando salimos, la noche ya había caído. Di un suspiro largo, me caería una buena por parte de Dante y también por la de Nero, pero que le dieran a esos patanes, se habían aliado solo para vigilarme.

Me encaminé decidida hacia el Devil May Cry, lugar que cuando lo tuve frente a mis narices me dio nostalgia e hizo que mi mente rememorara todos aquellos ratos que pasé allí.

Me armé de valor y agarré los tiradores de las enormes puertas, sintiéndome pequeña e insignificante.

Las luces estaban apagadas, y solo una sombra se distinguía sobre el escritorio: sin duda alguna, se trataba de Dante.

—Estamos cerrados —escupió, estaba realmente borracho. Suspiré y entré en el local, acercándome a él. —Joder, ¿está sordo o qué? —Gruñó.

—Deja de hablarme así —espeté yo, encendiendo las luces, obligando al albino a entrecerrar sus ojos con un gruñido.

Y fue entonces que pude verle bien: ojeras, la barba hecha un asco y vestido con una camiseta de tirantes blanca que sin duda había visto tiempos mejores. Ver así a Dante me daba una pena indescriptible.

Me acerqué hasta el escritorio y observé la amplia colección de botellas vacías que había allí. Había todo tipo de alcohol, pero ninguno suave.

—¿Vas a echarme la bronca por beber tanto? Adelante, a mi ya me da igual —me dijo con la pena grabada en sus hermosos ojos, ahora sin brillo.

—¿Qué te ha pasado, Dante? —Odiaba verlo así aunque ya no tuviéramos relación.

—¿A mí? Nada —rio falsamente. —Estoy perfectamente.

—Deberías intentar mentir mejor —me acerqué a él y me crucé de brazos, a decir verdad había muy poca distancia entre nosotros.

—Y tú deberías irte con el nene —escupió. —Es tarde y seguro que está como loco —pareció disfrutar decir aquello. —Aunque, ¿sabes qué? —el alcohol se había apoderado por completo de sus acciones, y aunque yo lo sabía, simplemente me quedé donde estaba.

—¿Qué? —Tartamudeé mientras veía cómo se levantaba de la silla.

—Que le den por culo al nene —lo susurró en mi oído, para luego besarme sin previo aviso, de manera ruda y posesiva, aunque con cierto toque de necesidad.

No me pude resistir, ahora que me daba cuenta, era Dante quién realmente me gustaba. Esto iba a ser una mierda para Nero, pero ahora que lo pensaba él sólo fue un parche para tratar de superar al albino mayor.

El cazador sabía muchísimo a alcohol, pero no me importó y simplemente dejé que todo fluyera. Quizá sólo era un calentón suyo debido al alcohol, o quizá la bebida le había dado el valor necesario para lanzarse y dejar que todo lo que sentía saliera a flote. Imagino que lo sabría cuando estuviera sobrio de nuevo.

—¿Querías saber lo que me ha pasado, no? —Asentí, rozando mis labios con los suyos. —Tú. Tú eres lo que me ha pasado. Desde que te marchaste me siento un puto desgraciado y me di cuenta de que fui yo quien hizo que te fueras —sin duda alguna el alcohol estaba hablando por Dante. —Lo siento, Katie.

Abracé a Dante, él necesitaba eso más que otra cosa.

—Está bien, Dante —le tranquilicé. —Yo tampoco actué como se debía, todos cometemos errores —sus brazos me estrecharon fuertemente, y por primera vez en mucho tiempo, me sentí protegida.

Después de aquella escena, y contra todo pronóstico, nos metimos en la habitación de Dante y simplemente dormimos. Pese al apasionado beso que me había dado, todo se quedó ahí.

Sin lugar a dudas, ahora empezarían los problemas de verdad.

El Paraíso de Dante {Devil May Cry}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora