Capítulo 16

164 62 1
                                    

Me quedo totalmente descolocada al ver a Kyrie marcharse de esa forma, pensando sin parar que he metido la pata y que debería haberme quedado callada. Ahora por mi culpa han discutido, y me siento realmente mal.

—Nero, yo... —Comienzo a decir, dispuesta a pedirle perdón, mas Nero me calla alzando su mano.

—No te sientas culpable, la discusión suele ser diaria —le miro algo preocupada, pero quiero pasar el mal trago lo antes posible.

—¿Podemos acabar con esto?

—Sí, creo que será lo mejor —creo que Nero y yo buscamos lo mismo, supongo que ya habrá tiempo para hablar del tema con él en otro momento.

Y dicho y hecho, veinte minutos después mi currículum está terminado y listo para ser impreso.

—¿Cuántas copias te saco? —Inquiere Nero.

—Las que creas convenientes, a tiempo de hacer fotocopias siempre estoy, ¿no? —Le digo, a lo que asiente mientras escribe el número ocho en la casilla de copias deseadas.

—Guarda la primera que saque, ¿vale? No vaya a ser que el ordenador haga de las suyas —ríe acompañado del traqueteo de la impresora.

—Está bien —respondo riendo también.

Después de aquello, me levanto, dispuesta a ir a repartir los papeles, pero como Nero insiste en acompañarme, le dejo, total tampoco es que me importe ir acompañada, creo que es hasta mejor, como él mismo dijo.

Dejo currículums en prácticamente todos los locales de la ciudad cercanos al Devil May Cry y a la casa de Nero y Kyrie ya que no tengo forma para desplazarme y los autobuses no es que funcionen muy bien que digamos. No sé por qué, pero tengo la corazonada de que es muy posible que me llamen de la cafetería a la que suelo ir habitualmente. Igual me equivoco, pero me da a mí que no.

—Oye Nero... —Le llamo cuando paramos en un parquecito con una lata de refresco cada uno.

—¿Sí? —Responde tras darle un sorbo a su bebida.

—No sé cómo decirte esto, es más, me da hasta cosa, pero... En el caso de que me decida ir del Devil May Cry...

—Las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti, Kate —me corta. —¿Problemas con el Señor Mujeriego?

Y otro más que dice eso de Dante, al final va a ser verdad y todo.

—Conmigo nunca ha llevado una chica a casa —le defiendo. —El caso es que me da algo de cosa acoplarme... A ver, que si encuentro curro aportaré y tal, pero... Me da mucho puro alojarme con vosotros, es decir, tenéis a los niños ya y...

—Kate, ¿qué parte de las puertas de mi casa siempre estarán abiertas para ti no has entendido? —Repite medio enfadado.

—Ya Nero, pero...

—Pero nada —me corta de nuevo. —Si estás mal con Dante solo ven con nosotros sin pensarlo dos veces.

Eso de "si estás mal con Dante" ha sonado como si tuviera un amorío con el cazador, la verdad. No le doy importancia y accedo a lo que Nero me dice.

—Te has peleado con él, ¿verdad? —Inquiere.

—Estoy peleada con él por lo del trabajo, pero no quiero hablar del tema —Explico.

—Sabes que es peligroso.

—Nero, ya basta —replico en un suspiro, tomando un largo sorbo de mi lata. —Está ya decidido, y los currículums están echados, ya no hay marcha atrás.

—Siempre puedes rechazar la oferta —me dice, encogiéndose de hombros. Ruedo los ojos al escuchar aquello.

—Sabes que eso no es una opción para mí.

—Sólo era una propuesta —ríe.

—No tienes remedio —le digo negando con la cabeza, divertida.

—¿Quieres pasar el día con Kyrie y conmigo? —Propone de repente tras unos instantes en silencio.

Lo pienso por un momento, lo más seguro es que Dante no me dirija la palabra si es que decide aparecer por el local, y la verdad es que para estar sola, mejor pasar el rato con Nero y Kyrie.

—Está bien —accedo encogiéndome de hombros. —Paso de estar sola en el local, seguro que Dante solo se aparece esta noche para dormir... Si es que pasa la noche allí.

—Estando como está es muy seguro que se la pase con alguna de sus putas —escupe el albino dándole un largo trago a su bebida.

—Lady me dijo que él había cambiado... —Susurro.

—Cuando Dante está de esa forma escoge ponerse hasta el culo de whisky y tirarse a lo primero que se le pasa por delante —esas palabras logran que mi corazón sienta una punzada de dolor.

—Qué poco se quiere a sí mismo —es lo único que logro decir.

—En ese estado es más impulsivo de lo normal —responde encogiéndose de hombros. —Pero bueno, allá él.

—Pues sí.

Después de aquello tanto Nero como yo terminamos lo poco que quedaba en nuestras latas y ponemos rumbo hacia su casa, donde, con un ambiente algo tenso a causa de la confrontación con Kyrie de esa mañana, comemos en compañía de los niños.

—Kate, ¿te apetece ir a dar una vuelta? —Me propone el chico unas horas después de comer.

—Por mi perfecto —acepto sonriente. Hago ademán de girarme hacia la castaña, quién está con nosotros en el salón, pero Nero me frena, negando con la cabeza.

Comprendo que esté enfadado con la chica, pero la verdad es que me sabe algo mal haber ocasionado la confrontación entre ellos. A ver, que él ya me dijo que era una discusión prácticamente diaria, pero de igual forma siento que es culpa mía.

—¿Kate? —Me llama Nero moviendo su mano frente a mis ojos. —¿Estás bien? Te noto como en trance.

—No es nada —respondo con una sonrisa mientras niego con la cabeza. Nero me mira con una ceja alzada, se nota a la legua que no está satisfecho con mi respuesta. —¿Nos vamos ya? —Realmente me apetece mucho escurrir el bulto.

No es que no confíe en Nero, es solo que no quiero que pierda su tiempo escuchando las tonterías que tengo que decir, porque sí, porque para mí son tonterías.

—¿Segura que estás bien? —Pregunta al cabo de un rato mientras paseamos por las calles.

—Sí, descuida —respondo con una sonrisa.

—Kate, ¿confías en mí? —Aquella pregunta me pilla desprevenida.

—Claro que confío en ti, ¿por qué lo preguntas? —Respondo sin mirarle, no sé cómo lo hace, pero Nero sabe cuándo me pasa algo solo con mirarme a los ojos.

—Mírame —suelto un suspiro, va a descubrir que algo me pasa.

Aun sabiendo que si le miro lo va a saber, obedezco a Nero y fijo mi mirada en sus ojos, esos cautivadores ojos que me recuerdan tanto a los de Dante.

—¿Qué es lo que pasa, Katie? —Inquiere en tono firme.

—Que me siento mal por haber hecho que Kyrie y tú os pelearais... Sé que me dijiste que la discusión es prácticamente diaria, pero he sido yo la que le ha sacado el tema y ahora estáis peleados por mi culpa —admito cabizbaja.

Escucho a Nero reír al tiempo que acuna mi rostro entre sus manos, limpiando con sus pulgares un par de lágrimas que se me han escapado.

—No seas tonta, no te martirices con eso —me dice, abrazándome al terminar. —Ya verás que cuando volvamos a casa para cenar se acerca a disculparse.

—¿Estás seguro de eso? —Pregunto alejándome un poco de su pecho para mirarle a la cara.

Nero no pronuncia palabra alguna, simplemente asiente con la cabeza, haciéndome sonreír. Si él dice que Kyrie se disculpará, entonces estoy segura de que así será. Una cosa menos de la que preocuparse. 

El Paraíso de Dante {Devil May Cry}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora