Dante cumplió con su palabra y al final pasamos el resto de la tarde disfrutando del cuerpo del otro. A decir verdad no entendía cómo era que me mantenía en pie con todo lo que habíamos hecho.
Mientras cenábamos algo, el teléfono del local sonó y el albino fue a cogerlo. No presté mucha atención a lo que dijo, sino que en su lugar me recosté en el sofá, centrada en las noticias.
—¿Quién era? —Pregunté cuando se sentó a mi lado.
—Linda —respondió, cogiendo mis piernas y poniéndolas sobre las suyas. —Dice que puedes tomarte el resto de la semana libre. Las has asustado pero bien, Katie —rio.
—La verdad sí —reí de vuelta, se había liado una muy gorda en el trabajo. Pensé de nuevo en aquel sujeto, soltando un suspiro. Él fue quien me causó todo.
—Deja de pensar en ese tío, demonio o lo que mierda sea —me reprochó revolviendo mi cabello. —La próxima vez que trabajes pienso quedarme en la cafetería —le miré con los ojos muy abiertos, ¿haría eso?
—¿Y si te sale una cacería? Nero y tu estabais investigando, ¿no?
—Sí, pero protegerte a ti es más importante —me sentí enternecida al oírle decir aquello, Dante era todo un amor cuando quería.
Sonreí y me estiré para darle un suave beso en los labios. Él me lo siguió mientras acariciaba mi cabeza, y al separarnos habló:
—Te quiero muchísimo, Katie —sus mejillas estaban rojas y sus ojos evitaban los míos a toda costa. Me hizo gracia esa faceta de Dante.
—Y yo a ti, Dante. Eres lo mejor que me ha pasado —puse mi mano en su mejilla y le obligué a mirarme, dándole un pico.
—Perdóname por lo de las heridas en la cadera, no era yo mismo —negué con la cabeza.
—Ya te he dicho que no importaba, no te preocupes —aunque a decir verdad los tres arañazos gigantes que llevaba a cada lado de la cadera me estaban empezando a doler. Luego los miraría con más detenimiento, pero a escondidas del cazador para que no se sintiera mal consigo mismo.
Con un suspiro él asintió a mis palabras y dejó un beso en lo alto de mi cabeza, volviendo a mirar las noticias.
Y ahí estaba la terrible noticia del día, un ataque demoníaco en el centro de la ciudad. Y en el medio de todo, un borrón azul que identifiqué como Nero de inmediato.
—No va a poder solo —musitó Dante mientras se ponía de pie. —El nene solo sabe ir de gallito y al final va a conseguir que esas cosas lo acaben matando.
—Déjame ir también —pedí, levantándome también, Dante negó.
—Llamaré a Trish y Lady, te quedarás bajo su vigilancia. No te puedo poner en peligro a estas horas, a nada que te vean se abalanzarán hacia ti. Bastante peligro corres ya en las misiones diurnas —sentenció mientras se ponía la gabardina e iba hacia el teléfono.
Dante tenía razón, de noche sería incluso más peligroso e insensato que yo saliera a cazar demonios.
Afortunadamente las chicas no tardaron en llegar al local, así que Dante les explicó lo que pasaba y se marchó sin decir nada más, tomando la moto de Lady prestada.
—Ten cuidado —pedí antes de que se marchara, abrazada a él para darle un beso.
—Estaré bien, tranquila. Volveré sano y salvo —prometió, sonriéndome seductoramente para tomar mis labios después. —Y cuando vuelva te haré gritar más que esas alimañas que me voy a cargar —susurró en mi oreja, mordiendo mi lóbulo y dándome un azote en el trasero.
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El Paraíso de Dante {Devil May Cry}
Fanfic¡Hola a tod@s! Sí, lo sé, quizá esté haciendo una locura ahora mismo, pero he decido estrenar una nueva novela, esta vez de... (Redoble de tambores) Bah, ni modo, lo pone en el título. ¡Devil May Cry! Sí, estas últimas semanas he estado muy enganch...