Al llegar a casa subo a la habitación de Nero y acomodo mis cosas en su armario, teniendo una especie de reminiscencia de cuando hice lo mismo en el armario de Dante. Al recordar eso suspiro, ¿cómo ha podido cambiar tanto todo?
No le doy muchas más vueltas y bajo al salón para jugar un rato con los niños, actuando como mediadora cuando tienen alguna pequeña disputa.
—Niños, comprendo que queráis jugar al pilla-pilla, pero entended que Chantelle está cansada —le digo a Kevin y a Dastian.
—¡Siempre jugamos a lo que ella quiere primero! —Replica Kevin.
—Por eso mañana jugaréis a lo que vosotros queráis primero, ¿os parece bien? —Decido. —Y para que no haya confusiones, haremos una tabla en una cartulina y la colgaremos en la pared que Kyrie nos diga, ¿vale? —Los ojos de los niños, en primera instancia, se abren como platos, y un brillo de alegría comienza a resplandecer en ellos acto seguido.
—¡Sí! —Exclaman a coro.
—Pues decidido entonces —les sonrío.
—¿Qué hacéis? —Pregunta Nero entrando al salón.
—Pactando —río yo. —Han accedido a hacer una tabla para dictaminar quién decide a qué jugar cada día —explico ante la ceja alzada de Nero.
—Vaya, parece que sabes domar a las bestias —ríe el albino sentándose a mi lado.
—Se hace lo que se puede —le digo con una sonrisa en el rostro.
—Nero y Kate se quieren —canturrea Chantelle.
—Pues sí, pero no me imites, ¿vale? Primero haz tus estudios y luego ya buscas novio —le dice Nero a la niña revolviendo su pelo.
La pequeña hincha sus mofletes, no conforme con las palabras del albino, pero resulta tan tierna que es imposible no reír con su expresión.
—Nero solo está bromeando, pequeña —le digo mientras le extiendo un folio en blanco y unas ceras de colores. —¿Quieres que hagamos un dibujo?
Y, tan pronto como le llega el enfado, este se marcha, dejando paso a una cara de ilusión pura, llenando sus pequeños ojos de luz.
—¡Sí! ¡Tía Kate pinta muy bien! —¿Tía Kate? Río ante ese apodo, mas no le doy importancia y comienzo a dibujar con la pequeña un paisaje en el que se ve una casita, un río y unos cuantos árboles, con flores y todo.
La verdad es que me alegra mucho que los niños estén tan a gusto conmigo. Creo que, de no gustarles, me resultaría muy difícil vivir con Nero y Kyrie.
Después de esa entrañable mañana con los niños, Kyrie, Nero, los niños y yo comemos, y Nero, una vez llegada la hora, me acompaña al trabajo. Todo en el trabajo se desarrolla como siempre; tomar pedidos, prepararlos y llevarlos a la mesa.
En cierto momento de la tarde, veo a Nero entrar al local y sentarse en la barra. Al verle, me acerco, con la libretita y el bolígrafo en la mano.
—¿Qué haces aquí? —Pregunto, extrañada por su presencia.
—Si molesto me voy —me dice.
—No seas tonto, no me molestas, es solo que me extraña verte por aquí, nada más —le explico, no quiero que se tome las cosas como no son. —¿Qué quieres para comer?
—¿Puede ser la sexy camarera que tengo delante? —Al escuchar eso, Nero logra sacarme los colores, y una sonrisa divertida se dibuja en su rostro.
—Lo siento, pero no estoy en el menú —le digo con una risa nerviosa.
—Pues que pena... Supongo que me conformo con un batido de chocolate, de esos con nata.
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El Paraíso de Dante {Devil May Cry}
Fanfiction¡Hola a tod@s! Sí, lo sé, quizá esté haciendo una locura ahora mismo, pero he decido estrenar una nueva novela, esta vez de... (Redoble de tambores) Bah, ni modo, lo pone en el título. ¡Devil May Cry! Sí, estas últimas semanas he estado muy enganch...