Capítulo 9

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Katherine's POV:

Despierto de manera espontánea a la mañana siguiente, pero hay algo extraño, o más bien alguien: Dante. Me pongo roja como un tomate al ver que está acostado conmigo en la cama, durmiendo plácidamente. Pero eso no es lo peor, ya que me hallo con la cabeza sobre su pecho desnudo, y para más inri, él mantiene un férreo agarre sobre mi cintura.

Trago saliva duramente, a ver cómo me las apaño para salir de esta... No quiero despertarle, se le ve tan tranquilo y relajado que me sabe muy mal interrumpirle el sueño. Además, ni siquiera sé qué hora es, por lo que prefiero no arriesgarme mucho.

—¿Qué tanto me miras? Sé que soy guapo e irresistible, pero no hace falta que te me quedes mirando como si estuvieras hipnotizada por mi belleza —Aquello me hace pegar un bote en la cama, ¡¿estaba despierto todo este tiempo?! —Oye, ¿estás bien? Pareces un tomate —dice posando su mano en mi frente.

Como si tuviera un resorte, me quito de encima de Dante y me deshago rápidamente del brazo que está sobre mi cintura, incapaz de articular palabra.

—Voy al baño... —Tartamudeo levantándome de la cama.

—Ni que tuviera tuberculosis, Katie —ríe.

—¡Cállate! —Exclamo cerrando la puerta del baño a toda prisa, muerta de la vergüenza, no tenía bastante con despertar en esa posición que encima me quedo embobada mirándole.

Oigo reír a Dante en la habitación, yo no le veo la gracia, pero supongo que él sí. Ruedo los ojos y me echo un poco de agua fría en la cara para quitar el sonrojo de mis mejillas. Cuando por fin mis mejillas dejan de estar rojas salgo del baño, encontrándome a Dante sentando en la cama, poniéndose la camisa, pero dejando los últimos botones desabrochados, enseñando un poco su pecho.

Aparto la mirada rápidamente de esa zona, no queriendo volver a ponerme colorada. Justo cuando voy a agarrar el pomo de la puerta él me para. Le miro soltando un suspiro pesado, dándole a entender que quiero saber qué pasa.

—Tenemos visita. Trish y dos compañeros más de cacería han pasado la noche aquí —me informa.

—Genial, ahora me toca lidiar también con la rubia borde esa —ruedo los ojos.

—Dudo mucho que se comporte como ayer —miro a Dante con una ceja enarcada, ¿qué le hace pensar que de la noche a la mañana —y nunca mejor dicho — esa chica va a comportarse de una manera amable y cordial conmigo?

—Te creeré, pero solo por esta vez —le digo señalándole.

Después de esa charla Dante y yo vamos al despacho, encontrando única y exclusivamente despierta a Trish.

—¡Dante! ¡Katherine! ¡Buenos días! —Saluda con una sonrisa de oreja a oreja, parece una persona totalmente diferente a la de ayer. Mejor no me confío.

—Buenos días, Trish —saludo de manera suave, no quiero despertar ni a la chica de pelo corto y negro ni al chico de pelo blanco y largo de ropajes azules, ¿quiénes serán? El chico capta mi atención de una manera importante, me recuerda mucho a Dante... ¿Algún pariente, quizá?

—Katie, necesito hablar contigo —vuelve a la carga la rubia. —Yo... Ayer me porté muy mal contigo, te juzgué sin siquiera conocerte, y eso estuvo muy mal de mi parte. Además, te traté de una forma muy inapropiada... Lo siento mucho, Kate —vale, aquello me deja totalmente descolocada, ¿de verdad que no estoy soñando?

—Vale, ¿dónde está la cámara oculta? —Digo sarcástica mientras me cruzo de brazos, mirando a Trish con una ceja alzada. —Es una broma, ¿no? Ayer eras la mujer más desagradable del mundo con mi persona, y hoy me vienes de buenas, pidiéndome perdón. ¿Crees que soy tonta? —La mujer agacha la cabeza ante mis palabras.

El Paraíso de Dante {Devil May Cry}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora