A la mañana siguiente despierto sola en el local, parece que Dante está trabajando, a saber. Me hago algo rápido para desayunar y desde el teléfono de la oficina llamo a casa de Nero y Kyrie. Nero me dio ese número por si alguna vez me ocurría algo o simplemente quería hablar.
Es Kyrie quien responde a la llamada, así que le pregunto si puedo ir a su casa para hacer un currículum desde su ordenador, ya que Dante es tan anticuado que ni eso tiene. Supongo que el tema económico es un factor a tener en cuenta en ese asunto después de todo.
La chica, tan agradable y cordial como siempre, me dice que sin problema alguno, así que nada más cortar la llamada voy a la habitación, me visto y, tras coger mi bolso, emprendo la marcha hacia el hogar de aquella ¿pareja? Realmente no me queda muy clara la relación de Kyrie y Nero, pero bueno, eso no es asunto mío.
Al llegar al domicilio toco el timbre, y la voz de una niña se escucha al otro lado de la puerta, preguntando quién llama.
—Soy Katherine, una amiga de Kyrie y Nero, ¿me abres por favor? —Digo cordial, no quiero caerle mal a la niña.
Después de decir eso la puerta se abre, y una niña de unos cuatro o cinco años se deja ver: tiene el cabello castaño y largo, recogido en una coleta alta; su piel es muy blanca, y sus ojos verdes me miran fijamente.
—¡Anda! ¡Si eres la chica de anoche! —Exclama con una bonita sonrisa en los labios. —¡Pasa, que llamo a Kyrie! —Asiento con la cabeza, devolviendo la sonrisa y adentrándome en la casa, rumbo al comedor.
—¡Buenos días Kate! —Saluda Kyrie ingresando a la estancia, me giro a mirarla y con la sonrisa que aún portaba, saludo de vuelta:
—Buenos días Kyrie, ¿qué tal todo?
—Pues la verdad es que estoy algo preocupada por Nero —al escuchar eso alzo una ceja, mirando a la chica algo confusa.
—¿Por qué?
—Supongo que está en una de esas cacerías, pero no me ha dicho nada... —Responde sentándose en el sofá, a mi lado.
—Seguramente esté con Dante, él tampoco estaba cuando desperté —intento tranquilizarla, pero entonces recuerdo que Dante no dejó ninguna nota explicando su ausencia... Claro, supongo que todavía está cabreado conmigo y por eso no lo ha hecho.
—Debió haberme despertado para decírmelo... —Susurra cabizbaja, visiblemente decepcionada con la manera de actuar de Nero.
—Quizá simplemente no quería interrumpirte el sueño —le digo encogiéndome de hombros, es una teoría bastante sólida.
—Ya, pero... Bueno, es igual —sacude la cabeza —¿has desayunado? ¿Quieres un café?
—No le haré ascos a un buen café —respondo riendo, aliviada porque el tema de las preocupaciones se haya esfumado.
—Pues ve subiendo a la oficina de Nero, allí está lo que buscas —me dice dirigiéndose a la cocina.
—¡Kyrie! —Una voz masculina e infantil capta mi atención desde las escaleras del hogar, se trata de un pequeño niño de cabello pelirrojo y rizado, y al igual que la pequeña que me ha abierto la puerta, el niño también es muy blanco; por otro lado, sus ojos, ignorando la regla general, son oscuros.
Sonrío enternecida viendo como el infante va corriendo a la cocina tras Kyrie, la verdad es que, por el poco roce que he tenido con pequeños, no me atrae mucho la idea de pasar tiempo con los mismos, pero he de reconocer que estos niños son bastante soportables y están muy bien educados; Kyrie y Nero están haciendo un gran trabajo con respecto a su educación.
Unos minutos después Kyrie ingresa en el despacho del albino, donde la estoy esperando sentada tras el escritorio, con el ordenador ya encendido. La chica me guía a la hora de usar la máquina, y cuando por fin ingresamos en el programa adecuado para hacer el currículum, empezamos nuestra labor.
—Oye Kyrie —le digo al rato.
—¿Sí? —Me da pie a que siga hablando.
—Verás, sé que igual me dices que no es asunto mío, pero me gustaría preguntarte algo —le digo no muy segura, sé que esta mañana dije que el tema que estoy a punto de sacar no es asunto mío, pero la verdad es que me pica mucho la curiosidad.
—¿Por qué tantos rodeos Katie? Tú no eres así —inquiere extrañada, mirándome fijamente, la verdad es que me tiene calada ya.
—Nero y tu... Es decir... ¿Sois... —La castaña me interrumpe:
—¿Pareja? No, no lo somos —me dice sonriente. —Nuestra relación es más de hermanos, Nero era un huérfano que residía en el orfanato de la Orden, así que mi familia lo acogió y lo trató como uno más.
Me quedo asombrada al saber el pasado de Nero, no me esperaba eso, no me esperaba que fuera huérfano. Sé que él es hijo de Vergil, pero, ¿por qué no se hizo cargo de él? ¿Y su madre?
—¿Cómo es que Nero vivía en un orfanato? —De verdad que no entiendo eso.
Kyrie se encoge de hombros, parece que ella tampoco sabe la respuesta.
—Lo único que sé son los rumores acerca de su madre... Dicen que era prostituta...
Ahora sí que estoy más perdida que un pulpo en un garaje. ¿Prostituta? ¿Ahora resulta que a los Sparda les mola eso de los burdeles? ¿En serio?
—Dante me dijo que su hermano era el padre de Nero, y él mismo se me presentó como Nero Sparda —le digo, recordando el día en que Nero y yo nos conocimos en el local de Dante.
—Eso son suposiciones de Dante y Nero, nada más. Su padre nunca se ha mostrado, de hecho, una vez se le hizo un análisis de sangre a Nero, pero ¿sabes cuáles fueron los resultados? —Niego con la cabeza, no entiendo muy bien por qué Kyrie tira por ese lado. —Inconcluyentes. Había algo extraño en el torrente sanguíneo de Nero, y en estos momentos, yo soy la única que sabe esto —abro los ojos como platos.
—¡Eso es una razón más que obvia para dar como ciertas las suposiciones de los albinos! —Kyrie niega con la cabeza.
—Nero no es un demonio —lo dice con la voz rota.
—Pero Kyrie, ¿le has visto el brazo? —Inquiero recordando el brazo demoníaco de Nero. Él me dijo que lo tenía así a causa del ataque de un demonio, pero que no era normal que desarrollara esos poderes. Es muy obvio que lo que Dante y Nero creen es cierto. El albino más joven es hijo de Vergil, sin lugar a dudas. —Kyrie, yo sí creo a Dante y, aunque no quieras aceptarlo, también a Nero.
—¡Él no puede ser un demonio! —Exclama, rompiendo a llorar.
—Kyrie, no todos los demonios son malos, ¡mira a Dante! ¡Él les da caza para que no nos hagan daño! —La castaña sigue negando con la cabeza.
—¡Todo lo que proviene del inframundo es sinónimo de dolor y sufrimiento!
—¿Hace falta que te recuerde que la Orden era un grupo de humanos? —Esa voz... Me giro hacia la puerta, viendo a Nero apoyado en el marco de la misma. —Kyrie, a veces los humanos pueden ser más crueles que los demonios —sentencia serio.
—Y algunos demonios más compasivos que un humano —me entrometo yo, quiero hacer que la chica entre en razón.
—Dime Kyrie, ¿alguna vez te he hecho daño? —Inquiere el albino acercándose a ella.
—¡Heriste a Credo! —Acusa, poniéndose en pie. —¡Hiciste daño a mi hermano! —Ante esas palabras Nero agacha la cabeza.
—¡Porque él era parte de esos monstruos y no creyó en mí! ¡Seguía órdenes como un buen perro faldero! ¡Yo le tenía como un hermano! Pero él... ¡Él me traicionó solo por ser un híbrido que jamás había hecho daño a un humano! —Replica, enrabietado.
Ahora es la castaña la que guarda silencio con la cabeza agachada. Me mira de soslayo y luego camina hacia Nero.
—Ayúdala a terminar eso, yo quiero un rato para mí —tras sentenciar aquello, Kyrie sale de la habitación, dejándonos a Nero y a mí a solas.
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El Paraíso de Dante {Devil May Cry}
Fanfiction¡Hola a tod@s! Sí, lo sé, quizá esté haciendo una locura ahora mismo, pero he decido estrenar una nueva novela, esta vez de... (Redoble de tambores) Bah, ni modo, lo pone en el título. ¡Devil May Cry! Sí, estas últimas semanas he estado muy enganch...