Me duele

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HADES

Me sentía terrible, todo el estrés de estos días y la actitud tan ostigante que tenía Perséfone conmigo me hacían estar fuera de mis casillas.

Entre al comedor escuchando que Alyssa no era feliz aquí y me dolió.

Reaccione mal y me arrepiento, le grité y ella huyó de mi aterrada.

Soy un monstruo.

Habían pasado unas dos horas desde eso, me sentía terrible, me odiaba más que nunca.

Decidí buscar a Alyssa, pero mi humana había desaparecido, así que fui en busca de Caronte.

-Caronte- llame al hombre que se veía angustiado -¿Y mi humana?-

-Hades, ella se fue- su respuesta tenía enojo dentro

Mi corazón sintió como si lo aplastaran, sentí que la vida se me iba en ese momento y no sabía que las hacer.

-¿A dónde?- pregunté angustiado.

-A la tierra, Melissa está aquí aún- quedé confundido y el lo notó.

-La señorita Alyssa fue en búsqueda de un nuevo lugar seguro para ella y la pequeña, regresará por ella.

Me quedé pensando por un largo rato.

-Ire a buscarla.

-Señor...¿Y Persefone?.

-Ella no me hace feliz- fue duro decirlo, pero honesto

Me apresure a salir del palacio, el viaje por el bosque era eterno y dentro de él, me sentía perseguido.

-Hermano ¿A donde con tanta prisa?- Eros.

-En busca de mi humana.

-¿Qué no estaba contigo?.

-Se fue de mi lado- sentí un nudo en la garganta.

-Eso te pasa por no decirle que la amas- lo miré mal -Pero te ayudo a buscarla.

Eros me acompaño todo el viaje, me sentí apoyado, aunque recordemos que él era el culpable de todo este embrollo.

No tenía idea de dónde buscar, mi primera parada era la central de autobuses, pero ella no estaba ahí.

Será que... No, no puede estar ahí.

Mi corazón me decía que ella pudo haber ido a su casa, era la peor decisión que pudo haber tomado, pero de alguna forma la entiendo.

Llegamos a la casa, estábamos justo en frente.

-Eros, aguarda aquí- le pedí.

Asintio sin poner objeción alguna.

Entre a la casa, y el lugar era un desastre, pero llegué tarde, ví la ropa que traía Alyssa en la mañana totalmente desgarrada sobre el piso, llena de sangre y líquido blanquesino, la tomé y me daba coraje pensar en lo que le pudo pasar a mi humana.

Un ronquito interrumpió mis pensamientos, era ese tipo desagradable que la quería dañar.

Jale su camisa levantando, haciendo que el se despertara.

-¿Quién eres?- pregunto.

-¿Dónde está Alyssa?- respondí con otra pregunta.

-Esa perra debe de estar muerta de frío ahora- rió

-¡No la llames así!- le ordené

El frunció el ceño y se carcajeó frente a mí cara.

-¿Eres su novio?- fruncí el seño con su pregunta -Veo que sí, mira idiota, esa perra ya está usada, por mí, la he tenido durante años haciéndola mía cada que puedo, como hoy-

𝗟𝗮 𝗵𝘂𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗛𝗮𝗱𝗲𝘀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora