Mi culpa

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*Advertencia, violencia física, verbal y sexual.

Melissa se había levantado temprano, entro a mi habitación y no hacía más que mencionar a Eros y cuánto ella deseaba conocerlo.

No tengo idea de dónde saco esa idea ni porque le emocionaba tanto, pero tenía mucho que no la miraba así de feliz.

-Hoy le pediré a Hades que me lo presente.

-Mel, Hades no puede complacer todos tus caprichos, no está bien.

Le dije mientras bajabamos al comedor y ella hacia cara de berrinche.

Lo que me faltaba, que se pusiera chipil con el Dios del Tartaro.

Ella frunció el ceño y no me quiso ver en todo el camino.

Cuando estábamos a punto de entrar sentí que alguien me jalo del brazo y solo pude ver a Mel corriendo hacia su asiento favorito, a un lado de Hades.

-¿A dónde crees que vas?- me dijo una voz femenina que no conocía pero que escuche gritar la noche anterior.

-Persefone...

-La misma, así que arrodíllate ante mí, simple mortal.

-No.

Hizo cara de impresión, pero yo jamás me iba a doblegar ante nadie.

Al parecer fue muy estúpido de mi parte negarme, ella solo tomo de mis cabellos hasta tirarme en el piso, dispuesta a pisarme el rostro con sus zapatos de tacón.

-¡PERSÉFONE!.

Gracias a Dios Hades estaba aquí.

Se acercó a nosotros y quito a Perséfone para que no me pisará, extendió su mano y me ayudó a levantarme.

-¿Vas a decirme porque la defiendes?- le pregunto Persefone con rabia.

-Es mi invitada.

-Los muertos y los arrimados a los tres días apestan, Hades.

-Igual que las flores podridas.

Perséfone se puso roja de coraje, la entiendo, es como si se repitiera su historia con él pero en vez de una Diosa ser la que llegó aquí, fuí yo, una mortal.

Comenzaron a gritarse, a Mel no le importaba siempre y cuando hubiera hot cakes ella era feliz, al final estaba acostumbrada a eso viviendo con mamá y José.

💀💀💀

El tiempo pasaba y las peleas por mi culpa eran bastante constantes.

Tenía tres semanas viviendo aquí y dos tolerando el ambiente tan horrible que se generó desde que llegó la Diosa del inframundo.

El día de hoy, estaba muy tranquilo, Mel estaba con las ninfas, Hades y Persefone fueron al Olimpo y yo quedé sola en el palacio.

-Señorita- interrumpió mi pensamiento Caronte

-Si, dime...

-Tiene más de 40 minutos tratando de comer ese pedazo de carne, ¿No le gustó?.

Mierda, olvide que estaba comiendo.

-No es eso Caronte.

-Es por Hades- voltee a verlo sorprendida -¿Me equivoqué?.

-En realidad no, es solo que siento que no está bien que yo esté aquí, a su esposa le molesta.

-A Perséfone todo le molesta.

Yo reí ante su comentario y el también sonrió.

-Entiendo, pero ya no me siento feliz aquí.

El rostro de Caronte quedó serio ante mi confesión, pero no era lo único malo del momento.

𝗟𝗮 𝗵𝘂𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗛𝗮𝗱𝗲𝘀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora