Flechada a tí

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Los jardines estaban llenos de rosas, el polen podía olerse a kilómetros de distancia y todo parecía un cuento.

Jamás había visitado el palacio del Dios del amor, pero podría apostar que es tal y como los niños lo imaginan, puedo jurar que hasta el ambiente se veía tinturado de rosa pastel.

-¿Te gustaria tener este tipo de naturaleza en casa?- Preguntó Hades curioso.

-Seria muy lindo tener algo de color en el inframundo.

-Créeme Alyssa, cuando llegaste a el se pinto de colores

Sonreí, realmente extrañaba sentir está paz y tranquilidad en mi vida, extrañaba tener la seguridad de que Hades era mío y yo era de él.

Conforme nos acercábamos a la entrada del palacio podíamos ver un lugar hermoso dónde se encontraban los dioses esperando, era un jardín privado rodeado de fuentes con querubines, supongo que a Eros no le molestaba tanto la idea de ser considerado un "angelito".

-¿Estás lista?

-He esperado este momento por años

Cuando por fin llegamos hasta donde Eros nos esperaba, cupido sonrió, y estando una vez enfrente de él pidió a Psique acercara la caja que alguna vez me regaló junto con la flecha.

-¿Segura de esto?

-Mas que segura, Cupido.

El Dios del amor tomo la flecha y la metió en una especie de artefacto donde la trituro dejando como resultado una especie de polvo dorado.

-No pensabas que te flecharía literalmente ¿Verdad?- sonreí -En los humanos es diferente y aunque seas un tipo deidad, por cualquier cosa pondré tu seguridad primero.

Sentí la mano de Hades tomar la mía con fuerza, estaba sudando, se sentía incluso más nervioso que yo.

-Ponte frente a él, ve los ojos de Hades hasta que termine.

Asentí y obedecí las instrucciones al instante, mire los preciosos ojos de Hades con demasiada firmeza, tanto así que el Dios se puso nervioso, fue tan hermoso para mí verlo ruborizar su piel como respuesta.

Sentí como Eros se acercó a mí, y comenzó a verter poco a poco ese polvo dorado en mi cabeza, Una sensación mágica recorrió todo mi cuerpo, era una especie de electricidad que viajaba dentro de mi a cada rincón de mi ser.

Mi mirada seguía atenta el Dios del inframundo, quien me veía con total cariño, más que amor en su mirada, pude ver tranquilidad.

Todo en él se veía diferente, más especial, más perfecto, y es que dicen que enamorarse o como diríamos en este mundo tan extraño como es el cosmos griego, estar flechado por alguien, se siente como una droga, como el éxtasis que sientes al subir una montaña rusa y que sabes que a pesar de que en el camino hayan bajadas abruptas, siempre volverías a subir con tal de sentir como te acercas a la cima.

-Listo- escuché la voz de Eros en el fondo

-Aly- solio de la voz del Dios del Inframundo -¿Cómo te sientes?

-Como la primera vez que te ví queriéndome- me paré de puntitas y lo bese

Jamás había sentido tantas cosas dentro de mi a la hora de besar a Hades, la calidez de su trato y su mano recorriendo mi cintura me hicieron sentir que sí, estoy en el lugar correcto.

El sonido de una copa siendo golpeada con un cubierto nos interrumpió, cuando volteamos no podíamos esperar menos, Dionisio estaba llevando a cabo un brindis por el momento.

-Hades, me alegra saber que ahogaste ese vacío que sentías con amor y dejaste mi vino de lado- se acercó a nosotros -Alyssa, que gusto que seas parte de nosotros.

𝗟𝗮 𝗵𝘂𝗺𝗮𝗻𝗮 𝗱𝗲 𝗛𝗮𝗱𝗲𝘀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora